Categorías
El territorio La toponimia Los autores

Estudios históricos del Condado de Treviño

San Pedro Apóstol de TreviñoLos días 1 a 3 de junio de 2011 participé en el I Congreso de Estudios Históricos del Condado de Treviño, auspiciado por el Ayuntamiento del Condado de Treviño, con una excepcional sede en la parroquia de San Pedro Apóstol.

Hay que felicitar a los organizadores Roberto González de Viñaspre y Ricardo Garay por el éxito de convocatoria y la calidad de contribuciones y ponentes.

El programa se configuró en torno a cuatro perfiles principales:

  1. Historiadores (7): Félix López López de Ullibarri, Juan Vidal-Abarca, David Peterson, Iñaki Martín Viso, Igor Santos Salazar, Iñaki Reguera e Ismael González Rojas OP
  2. Arqueólogos (7): Alfonso Alday, Sebastián Pérez Díaz, José Antonio López, Leandro Sánchez Zufiaurre, Juan Antonio Quirós, Javier Ajamil, Egoitz Alfaro Suescun
  3. Filolóogos (9): Nieves Sánchez González de Herrero, Bruno Carcedo de Andrés, Patxi Salaberri, Elena Martínez de Madina, Mikel Gorrotxategi, Félix Mugurutza, Joseba Abaitua y Roberto González de Viñaspre (acompañado por el documentalista Pedro Uribarrena).
  4. Historiadores del Arte (8): Juan Antonio Olañeta, Ainara Miguel, Ainhoa Rodríguez, Fernando Bazeta, María Teresa Escohotado, Esther Lozano, Manuel Castiñeiras y el propio Ricardo Garay.

Salvo contadas excepciones (Ricardo, Roberto, David…), brilló el corporativismo y la mayor parte de historiadores, arqueólogos y filólogos solo asistieron a las presentaciones de sus respectivas áreas, haciendo mutis a las demás. ¡Están las agendas muy apretadas!

Recojo ahora a modo de resumen una parte de mis apuntes, para refrescar la memoria e hilar ideas.

Treviño siglos XII-XIII

(Apuntes tomados a Iñaki Martín VisoJuan Antonio QuirósIgor Santos Salazar)

XII y XIII son los siglos a los que corresponden los dos fueros de Treviño, el primero y apócrifo de 1161, concedido supuestamente por Sancho VI (es decir, 20 años anterior al de Vitoria), y el de 1254, otorgado por Alfonso X un siglo más tarde, y con dos años de ventaja respecto a los de Santa Cruz de Campezo, Corres, Contrasta y Salvatierra,  que son de 1256.

En aquel tiempo, se daban dos situaciones en el valle del Ibda:

  • Red de aldeas y comunidades locales sin jerarquizar, en el oriente
  • Jerarquías o señores locales, en occidente, no reconocidos por la monarquía  (que impediría la acción emilianense reflejada en el documento de La Reja de 1025)

Los señores o mílites locales gestionaban sus propios monasterios. Los grandes monasterios (Leire, San Millán) estaban auspiciados por los monarcas donantes. Las excavaciones arqueológicas sobre la colina del castillo constatan una primera ocupación datable en el siglo X (aunque también se ha encontrado una pequeña ocupación anterior de la segunda edad del hierro).

Treviño, junto con Álava, era un territorio periférico y fronterizo. Los militares aristócratas en posesión de las tenencias negociaban su fidelidad política y la cambiaban en función de la coyuntura. El caso más significativo fue el de Ladrón Íñiguez.

El rey García Ramírez el Restaurador retoma el control del territorio a partir de 1134. Sancho VI cambia la titulación del reino (de Pamplona se pasa a Navarra) para resaltar su potestad sobre el territorio, una política común a otras monarquías de la Europa del siglo XII. A esa política responde la fundación de villas aforadas.

Con la tregua de 1179, el castillo de Treviño se integra en la red de tenencias navarras, con lo que se confirma el espacio de realengo sobre el de señorío, que desestabiliza el estatus de los mílites locales. Las excavaciones arqueológicas atestiguan una importante ampliación del castillo en el siglo XII

La tenencia de Treviño entre 1181-1187 recae en Álvaro Muñóz el Viejo, nieto de Marcelo y Andregoto. El tenente administraba justicia, recaudaba tributos en beneficio del rey, para lo que se eligen lugares centrales, como Treviño. Implica un cambio de sistema, el tránsito del señorío hacia el realengo. Cerca de Treviño, se documenta otra tenencia, la de Arlucea.

El fuero de Treviño es el de Logroño y, a diferencia de los de Cuenca o Sepúlveda, no es un fuero de frontera, sino de dinamización económica. Arganzón y Treviño representarían entonces seguramente un mismo territorio desde la perspectiva de los monarcas.

Las intervenciones del obispado de Calahorra fueron parte de la estrategia de reforzamiento del realengo.  En 1240, por ejemplo, se produjo la donación de las reliquias de Celedonio y Emeterio, por parte del arcipreste Fortún, y la consagración de la ermita de San Juan de Marquinez en 1266, por el obispo calagurritano Aznar. Son actuaciones que generan un discurso de legitimación del nuevo sistema (que es lo que Iñaki Martín Viso cree que representa el crismón en 3D –de inspiración altomedieval– de la inscripción de la iglesia de San Juan de Treviño, que parece un privilegio rodado, imitando un documento regio).

Lápida fundacional iglesia de San Juan 1251