Categorías
La toponimia Los autores Vasco común antiguo

Vitoria la Vieja

Vitoria la Vieja es Iruña-Veleia.

Recreación de las murallas de Iruña-VeleiaLo descubrí el pasado viernes 26 de marzo de 2010. ¿He sido el último en enterarme? Alfonso Irigoyen tampoco lo sabía, como se comprobará más adelante, lo cual sorprende en un filólogo habitualmente bien documentado. ¿Por qué extraño motivo apenas se cita el dato?

De ser correcto, como apunta la evidencia que expongo a continuación, creo que podría zanjarse la polémica respecto a la identidad de la Victoriaco visigoda fundada por Leovigildo (tras su victoria sobre los vascones el año 581, según testimonio de Juan de Biclaro) y cuya identificación tanta polémica ha suscitado entre los investigadores.

Encontré la referencia mientras leía una adquisición reciente (publicada por Diputación Foral de Álava hace catorce años): Carlos Ortiz de Urbina (1996). Se trata de una de esas obras de las que no se habrán editado más de 500 ejemplares (y que Google Books no ha indexado todavía, pero sí DialnetRebiun).

La referencia que nos interesa está en la página 38:

Iniciamos este apartado [sobre noticias de historiadores locales respecto al estado previo al establecimiento de la Sociedad Bascongada de Amigos del País] con la figura de Diego Martínez de Salvatierra, diputado general de Álava de 1546 a 1549, regidor y alcalde ordinario en 1558, autor del Gobierno y república de Vitoria (1585) [… que] proporciona la primera noticia arqueológica conocida, una breve descripción de las ruinas de Iruña que identifica con Vitoria la Vieja, en la que hace referencia a su carácter romano y a los abundantes restos de estatuas, si bien cae en el error de considerarla «silla real de moros en Álava», adscripción que luego reproducen el P. Vitoria y Juan de Arcaya.

Ortiz de Urbina reproduce la cita literal de la obra de Diego Martínez de Salvatierra en una nota a pie de página (38, n. 71):

… y puedese congeturar que Iruña que fue colonia Romana y despues silla Real de Moros en Alava sobre Zadorra junto á tres Puentes fuese Bellica, y Victoria la Vieja, porque no hallamos en la graduación que la pone Ptolomeo otro lugar señalado como este aunque no ha quedado de él sino ruinas con dos ó tres casas, y el decir que cae en los montes antes favorece que contradice, porque cae dentro de las asperezas de los largos y grandes montes Idubeas, Cogollos, Piqueras, …» (1879:319).

Resulta chocante la dislocación orográfica que comete Martínez de Salvatierra. Los montes Idubeas (Distercios) están en La Rioja, en el entorno del Monasterio de Valvanera, donde se cuenta que San Millán (de la Cogolla) inició su vida contemplativa. Más de 40 km separan los montes Distercios de las sierras de Vitoria y Badaya, que circundan Iruña-Veleia;  habiendo que superar además las Conchas de Haro y el Ebro. ¿Tan mal conocía el diputado general de Álava la geografía de su propia provincia?

Por fortuna, no es la única ni tampoco primera referencia del topónimo. José Luis Orella Unzué cita un fragmento de De rebus Hispaniae, crónica del siglo XIII escrita por el obispo de Toledo Jiménez de Rada (y que tomo del blog Navarrate):

Según la primera historia de Hispania titulada “De rebus Hispaniae” y escrita por el navarro de familia y nacimiento, el arzobispo de Toledo Ximenez de Rada, el rey Alfonso VIII ganaba en esta operación militar además de Vitoria, Ibida y Alava, los castillos de Zeguiategi, Aizcorroz, Aslucea, Arzorocia, Vitoria la Vieja, Marañón, Ausa, Atavit, Irurita y San Vicente junto con Gipuzkoa y su primera capital Getaria y las villas burguesas y libres, asentadas en territorio vascón de San Sebastián y Fuenterrabía.

Esta información retrotrae la referencia del topónimo al siglo XIII, lo que es congruente con la carta de fundación de Vitoria-Gasteiz en el siglo XII, tal y como comenta Alfonso Irigoyen (1982) (en este extracto del artículo Gasteiz de Euskomedia):

Como anota A. Irigoyen en su documentadisimo estudio (Vitoria en la Edad Media. Sobre el topónimo Gasteiz, p. 621) el nombre Gasteiz se documenta en el Fuero dado a Vitoria por Sancho el Sabio de Navarra en 1181: Placuit mihi libenti animo et sana mente populare vos in praefata villa, cui novum nomen imposui, scilicet Victoria, quae antea vocabatur Gasteiz. «Me place benévola y razonadamente poblaros en dicha villa, a la que puse nuevo nombre, a saber, Vitoria, que anteriormente se llamaba Gasteiz.» Pero en el mismo fuero de Vitoria se le da el nombre de Nueva Vitoria, lo que parece dar a entender que había también una Vitoria la Vieja, además de Gasteiz. Et ut plenius singula de consuetudine et foro vobis dato in memoriam retineantur: dono vobis ipsam villam que dicitur nouva Victoria cum omnibus terminis suis populatis et heremis quos in presenti possidet, vel aliquando possedit. «Y a fin de retener mejor en la memoria vuestros usos y fuero dado, os hago donación de la villa que se llama Nueva Victoria, con todos sus términos, poblados y yermos, que posee en el presente o poseyó en otro tiempo.»

Fuero de población de Sancho VI (1181)

Pero antes de dejar por zanjada la plémica sobre la identificación de Iruña-Veleia con Victoriaco hay que comentar los siguientes párrafos de Agustín Azkarate (2003).

En el primero que reproducimos, Azkarate se hace eco de la identificación que atribuye el historiador alemán Adolfo Schulten (1927) a Victoriaco con Vitoriano (población situada en las estribaciones del Gorbea, al pie de la peña de Oro, cercana a un importante castro de la Edad de Hierro):

La hipotética expansión de los vascones hacia la depresión vasca, aunque ya defendida de antiguo por A. Oihenart, tuvo, sin embargo, un desarrollo historiográfico posterior. Fue sobre todo A. Schulten quien, en 1927, identificando Victoriaco con Vitoriano, y deduciendo de ello que «según estas referencias, los vascones poseían también Álava», concluyó defendiendo la conquista por parte vascona de los territorios de várdulos, autrigones y caristios.

No obstante, la apreciación de Schulten deriva de una conjetura que, a juzgar por los datos que se van conociendo, cada vez parece más discutible. Se trata de la identificación que hizo de la actual localidad de Vitoriano con la ciudad que -según testimonio de Juan de Biclara- fundó Leovigildo tras su victoria sobre los vascones en el año 581 y la ocupación parcial de su territorio.

En el siguiente párrafo, Azkarate realiza un valioso repaso historiográfico. En particular recoge la identificación de Victoriaco con Iruña-Veleia que propusieron Abilio Barbero y Marcelo Vigil primero, y que posteriormente dieron por válida Andrés de Mañaricua y José Ángel García de Cortázar:

El ilustre historiador alemán [Schulten] se dejó influenciar sin duda por una corriente de opinión mayoritaria que, ya desde antiguo (P. Flórez, P. Henao, P. Risco, et.), venía ubicando la vieja fundación de Leovigildo con algún lugar de la Llanada alavesa, identificado unas veces con Vitoria y otras con Vitoriano o Armentia.

Aunque siempre hubo voces discordantes -como las de E. Garibay, Moret, Caro Baroja o Balparda- que mostraron su disconformidad con estas reducciones, la «opción alavesa» ha ido ganando adeptos incluso en fechas recientes. En la actualidad,y desde que A. Barbero y M. Vigil propusieran una nueva ubicación para Victoriaco en Veleia (la vieja Iruña próxima a Tresuentes), la idea ha ganado adeptos, convenciendo al parecer a historiadores de prestigio como A. E. Mañaricúa o el propio J. A. García de Cortázar.

Pero Azkarate aduce una serie de inconvenientes, entre los que resalta la voz discrepante de Julio Caro Baroja, partidario de una adscripción navarra (es decir, genuinamente vascona) para Victoriaco:

Este consenso casi general en torno al territorio alavés, sin embargo, resulta verdaderamente sorprendente,
  • habida cuenta de que no existe un solo dato en el texto de Juan de Biclara que sugiera tal interpretación.
  • G. Balparda se opuso a ella aduciendo «que la región alavesa ni en esta época, ni en la romana que la precedió ni en la que inmediatamente vino tras ella fue Vasconia, sino Vardulia y Cantabria».
  • Parecida opinión mantuvo J. Caro Baroja -«porque por esas fechas Vasconia seguía estando muy bien definida»- quien sugirió, además, la posibilidad de que Victoriaco se ubicara en tierras navarras, «lo cual es más posible todavía si Leovigildo combatió por tierras de Egessa y ésta se reduce a Egea».
  • A favor de esta última hipótesis abogaría tanto la ausencia en Álava de restos visigóticos mínimamente significativos, como el sesgo que parecen adquirir los sucesos posteriores al año 581.
  • Todos los episodios conocidos, en efecto, apuntan hacia la cuenca media del Ebro y áreas de la Navarra actual:
    1. la fundación de Olite por Suintila,
    2. el ataque vascón a Zaragoza,
    3. los acontecimientos del reinado de Wamba y
    4. la geografía de los movimientos de este monarca, e incluso
    5. las últimas acciones por parte de Rodrigo inmediatamente antes de la invasión islámica, invitan a tomar en serio esta posibilidad.
  • Existen además importantes datos arqueológicos de reciente descubrimiento que han reforzado este punto de vista.
  • Si hoy día se conocen en Álava varios asentamientos con un fuerte componente militar y unos rasgos culturales no visigodos -asentamientos no ocasionales, sino estables, posiblemente ubicados en el escenario victorioso de Leovigildo y fechables por aquellos años en los que el monarca godo derrotó a los vascones

habrá que poner en duda no tanto la veracidad del testimonio de Juan de Biclara como la ubicación que se ha querido conceder a los acontecimientos descritos por el cronista.

Sin embargo Azkarate, como Alfonso Irigoyen, no tiene en cuenta la referencia de Jiménez de Rada (del siglo XIII), ni la de Martínez de Salvatierra (del siglo XVI), que en mi opinión son claves para zanjar la discusión en favor de Abilio Barbero y Marcelo Vigil.

Además la identificación de Iruña-Veleia con Victoriaco tiene consecuencias importantes para la intrepretación del estado de cosas en el País Vasco en la Alta Edad Media, congruentes con los datos que aporta Azkarate en su argumentación. Pero eso será materia de otra entrada.

Referencias