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El territorio La bibliografía

Iñaki Bazán (2002)

(Borrador)

Iñaki Bazán es director de la edición de una obra colectiva publicada en 2002 con un sugerente título: De Túbal a Aitor. Historia de Vasconia

La definición que Bazán hace de Vasconia en el preámbulo de dicha obra tiene mucho que ver con el debate en torno a la Vasconización tardía.

Transcribimos a continuación los principales pasajes del preámbulo:

El punto de partida de esta obra es la alta divulgación científica. […] Es el esfuerzo de síntesis del desarrollo alcanzado por la ciencia historiográfica a través de decenas de tesis doctorales defendidas en diferentes universidades a lo largo de los últimos 25 años, así como también de otros muchos trabajos de investigación de menor alcance publicados en monografías y revistas científicas.
La obra se presenta con el mismo objetivo principal de Trifinium: la divulgación (alta o baja) del conocimiento científico.
Como muy bien conocen los estudiosos y aficionados a la historia de Vasconia, existe una escasez de buenas síntesis de conjunto del territorio, o de sus tres partes principales, Euskadi, Navarra y el País Vasco francés, al margen del carácter enciclopédico, y que además su alcance supere el consumo interno de los ciudadanos de esta geografía. Por ello, la intención de los autores es ofrecer una visión lo más compensada posible desde el punto de vista cronológico y temático.
La relación de títulos proporcionada [en el apéndice bibliográfico] informa de los «mimbres» con los que se ha elaborado este «cesto» que ofrecemos al público interesado en conocer la historia de Vasconia alejada de mitos, ideas preconcebidas, planteamientos ad probandum y reivindicativos, que desembocan desgraciadamente en la elaboración de historias partidistas y preñadas de tópicos ahistóricos alejados de cualquier realidad documental conservada en los archivos.
A continuación recogemos un lugar común de la historiografía vasca:
Resulta igualmente un grave error aplicar las actuales concepciones geopolíticas al pasado. Los límites geográficos no han permanecido inalterables a los largos de los siglos; en consecuencia, la distribución actual no resulta válida para trasladarla a otras épocas. Si no se tiene presente que las coordenadas geopolíticas son el resultado de una intrincada evolución histórica, y además el presentismo y el apriorism influyen en la mirada del pasado, no es extraño que uno se sorprenda, por ejemplo, cuando se encuentre en estas páginas a Calahorra, localidad de la actual Comunidad Autónoma de La Rioja, incluida en el ámbito vascón.
La historia no es el presente, a pesar de que tozudamente muchos se empeñen en aplicar y contaminar con las actuales categorías y discursos políticos la interpretaciónb de los acontecimientos pretéritos, cuando, obviamente, es al revés. Este recordatorio de perogrullo resulta, desgraciadamente, necesario sobre todo cuando se aborda la historia de Vasconia, la cual se debate de forma burda entre una ciudadanía que carece de los elementos de juicio y formación adecuados para interpretarla.
Bazán define el territorio de Vasconia:
El marco geográfico de Vasconia corresponde, grosso modo, con los territorios de la actual Comunidad Autónoma del País Vasco, la Comunidad Foral de Navarra y el País Vasco continental en Francia (Labourd, Baja Navarra y País de Soule), que ocuparon los pueblos autrigón, caristio, várdulo, vascón y novempopulano (nueve pueblos).
Decimos grosso modo porque los vascones también extendieron su influencia por tierras que hoy son aragonesas, como el valle superior del río Aragón y la comarca que va desde Sos del Rey Católico hasta Alagón, pasando por Ejea de los Caballeros; al igual que por La Rioja de la ribera del Ebro.
Los autrigones rebasaron los límites de las Encartaciones vizcaínas hacia Cantabria, incluyendo a Castro Urdiales, y hacia La Bureba burgalesa.
Los berones poblaron el territorio alavés al sur de la sierra de Cantabria/Toloño o Rioja alavesa, pero también la actual Comunidad Autónoma de La Rioja.
En Aquitania, los novempopulanos tenían su frontera natural no en el Adour, sino más al norte, en el Garona, según refieren los cronistas de la época carolingia cuando aluden a Wasconia. Entre los novempopulanos encontramos a los tarbelos de Dax, los auscos de la zona de Auch, los bearneses de Lescar…, o los sociates de Sos en Albert.
Me pregunto: ¿Cuál es el criterio para agrupar a todos estos pueblos bajo el etónimo Vasconia? Sospecho que son aquellos que supuestamente hablaron euskera alguna vez en el pasado.
Los perfiles de Vasconia son referidos por los geógrafos, historiadores y cronistas como Estrabón, Plinio el Viejo, Tolomeo, Fedegario, Eginhardo, el cosmógrafo de Rávena, Ibn Hayyan… Precisamente ellos denominaron a esta extensa geografía, a caballo entre las dos vertientes de la cordillera pirenaica, con el nombre de Vasconia, Wasconia o Guasconia. Por exponer un único ejemplo, recogemos el testimonio del cosmógrafo de Rávena, cuya obra data del siglo VII:
<<En la hora úndécima está el país de los vascones (Vasconum est patria), a la que en la antigüedad se le llamaba Aquitania (quae antiquitus Aquitania dicebatur).>> <<Enfrente de Britania, cerca del borde del océano, está el país que se llama Guasconia, que los antiguos llamaban Aquitania.>>
Hay que advertir que todo este territorio en ningún momento de su historia ha mantenido unidad política o institucinal alguna, ni tan siquiera en tiempos del monarca Sancho el Mayor de Pamplona (1004-1035), puesto que administró sus posesiones de forma independiente, respetando sus particularidades, diferentes entre cada una de ellas.
Lo que sigue es más esclarecedor:
No obstante, sí ha existido, por el contrario, una unidad cultural y antropológica, cuya máxima expresión ha sido, y es, el idioma: el vasco o euskera. En este sentido abundaba Estrabón, por ejemplo: <<Los aquitanos [alude a los novempopulanos] son un pueblo completamente aparte, no solo por su lengua, sino también por su apariencia física, que se parecen más a los íberos que a los galos.>>
Por tanto, el mundo vasco se conjuga en plural, con su diversidad geográfica, político-institucional, desarrollo económico…, e incluso a nivel idiomático existen variedades dialectales.
¿Sólo dialectales? (sic)
Trataremos de abordar las líneas de fuerza que explican la evolución histórica de Vasconia, pero incidiendo en mayor medida en la Vasconia peninsular, actuales comunidades autónoma del País Vasco y Foral de Navarra, ya que la investigación histórica sobre este espacio se encuentra más desarrollada que la referida a la Vasconia continental o País Vasco francés.
Problemas de nomenclatura vasca en una obra escrita en español:
El marco geográfico nos aboca al problema de la toponimia […] se impuso el punto de vista de la editorial para seguir la tercera opción: mantener la denominación en castellano siempre que exista, y cuando no, recurrir al euskera o francés, con objeto de llegar a un público más amplio en España e Iberoamérica.
Explicación del título:
El título de este libro, De Túbal a Aitor, requiere una sucinta explicación destinada al lector no avisado sobre las ideologías en Vasconia. Representa una alegoría del cambio radical de perspectiva que se operó en las relaciones entre los territorios vascos y el Estado español desde finales de la Edad Media al alba de la Edad Contemporánea. Nos referimos a pasar de defender las particularidades jurídico-institucionales vascas en el seno de la monarquía católica durante los siglos XV al XVIII, a considerar que éstas quedaban mutiladas por el Estado liberal constitucional del siglo XIX y buscar, en consecuencia, una salida en clave nacionalista.
El tubalismo
La leyenda histórica del tubalismo se vertebró a lo largo de los tiempos medievales, pero fue sistematizada, entre otros, por Esteban de Garibay, cronista de Felipe II, en el siglo XVI. Tubal, nieto de Noé, aportó el idioma (euskera), la ley (fuero) y la religión (monoteísmo que anticipaba el cristinismo) a todos los pueblos de la península Ibérica, pero las ulteriores invasiones y conquistas (celtas, Roma…), de las que se vieron libreslos vascos, motivaron que la herencia del patriarca semita perviviera tan sólo en la geografía vasca. La Corona de Castilla, primero, y la monarquíahispánica de los Austrias, después, permitirían el desarrollo de esas particularidades siguiendo la tradición medieval de respetar la pluralidad de marcos jurídicos de sus distintos agregados territoriales.
El carlismo como prenacionalismo:
Las cosas cambiaron con el centralismo borbónico y el nacimiento del Estado liberal constitucional; ahora se limitaba el particularismo en aras de la uniformidad jurídica. Aunque con algo de retraso, la defensa foral se incorporó al ramillete de reivindicaciones del carlismo durante la primera guerra  carlista (1833-1839). El suletino Joseph Agustin Chaho, que siguió de cerca el transcurso de esta contienda, interpretó el carlismo desde claves alejadas de la realidad política del momento, como un movimiento que luchaba por la independencia de las provincias vasconavarras y la defensa de sus fueros de carácter consuetudinario, superiores a las constituciones nacidas tras las revoluciones burguesas. Concibió un imaginario patriarca de los vascos que simbolizaba este cambio en las relaciones entre el Estado español y los vascos: Aitor. De este modo rompía con la tradición de Túbal, ya que era común a todos los españoles y de procedencia semita, y lo sustituía por un personaje genuinamente vasco y lebertador. Comenzaba a andar el prenacionalismo vasco en el siglo XIX.
En definitiva un buen libro para mis alumnos:
Los autores de este libro tan sólo hemos pretendido ofrecer las principales líneas de fuerza que marcaron el devenir de los acontecimientos y sus claves interpretativas. De este modo, el lector ajeno al conocimiento profesional de la historia de Vasconia, pero también los alumnos de los primeros cursos de las licenciaturas de Historia, Humanidades o Ciencias Sociales, que poseen, desgraciadamente, un nivel elemental, podrán situar en el tiempo y en el espacio esos acontecimientos, fortaleciendo su bagaje cultural y su formación histórica. Ése ha sido nuestro empeño y los lectores dirán si lo hemos conseguido.