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Estrato indoeuropeo La bibliografía La onomástica

El ‘berónico’ de los vareyenses (siglos II-I a. C.)

El número 22 de la revista Palaeohispánica (‘revista sobre lenguas y culturas de la Hispania antigua’) ha venido estas Navidades de 2022 cargadito de regalos. Uno de ellos es la descripción por parte de Javier Armendáriz y Javier Velaza del gran hallazgo de la campaña de 2021, ‘Dos nuevas téseras celtibéricas de La Custodia (Viana, Navarra)’, una poliédrica y otra zoomorfa. La lectura de la primera parece clara:

El análisis de la estructura del texto no plantea problemas especiales: consta de un nombre de persona —integrado por un nombre individual memu en genitivo (tema en nasal) y un nombre familiar en genitivo del plural telkaskum— seguido del conocido término kar.

p. 149
Tésera de Memún, de los Telcascos (o de los Telgascos). Paleohispánica 22
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Antigüedad del euskera Historia del euskera La bibliografía La onomástica Vascoiberismo Vasconización tardía

Aquitano y vascónico

El hallazgo de la Mano de Irulegui obliga a una relectura del trabajo de Joaquín Gorrochategui de 2020, ‘Aquitano y vascónico’. En él el autor expone sus conocimientos sobre dos lenguas que «presentan unas estrechas y exclusivas relaciones lingüísticas con la lengua vasca histórica, de modo que no hay duda en clasificarlas como lenguas o variedades pertenecientes a la misma familia» (p 723).

Gorrochategui Churruca, Joaquín. "Aquitano y Vascónico." Palaeohispanica 20 (2020): 721-748 [PDF].
Separata del artículo de Palaeohispanica 20 (2020)

En esta reseña se van a ver las dificultades de caracterización del ‘vascónico’, una lengua cuyos rasgos distintivos más reconocibles son compartidos con el aquitano. Este enfoque de Gorrochategui acarrea el problema de que los textos antiguos del territorio vascón muestran estos rasgos de una manera muy contenida, mientras que abundan en ellos elementos más reconocibles desde el ibérico o el celtibérico. Como ya ha anticipado Mikel Martínez Areta en un comentario anterior, la situación multilingüe del territorio vascón previo al contacto con Roma se asemejaba mucho más a la Suiza actual, que a otros países modernos (Francia, Alemania, Hungría, etc.), cuyo nombre se asocia sin dificultad con la lengua vernácula mayoritaria (francés, alemán, etc.). En la Vasconia prerromana, «¿cuál era la lengua vascónica?, ¿la que hablaba el Umme.sahar de Lerga, el Calaetus de la Sakana, o el Ausages de Artieda? Porque los tres eran vascones…» (15.12.2022).

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Un texto paleohispánico

La Mano de Irulegui es un texto paleohispánico, escrito en signario ibérico nororiental. Posiblemente es la única certeza de índole lingüística que de momento se tiene sobre este excepcional hallazgo. Javier Velaza y Joaquín Gorrochategui resaltan el hecho de que el signario parece haber sido adaptado a la lengua de los vascones, a partir de la aparición del signo T (o.T.i.ŕ.t.a.n), ausente del corpus de inscripciones en lengua ibérica. Está además el elemento aparentemente paleovasco s.o.r.i.o.n, que encabeza el texto. Sin embargo, pese a estas singularidades, se cierne la incertidumbre, como ha advertido Iván Igartua, y el parentesco real de la lengua de Irulegui con el euskera puede quedar en un transitorio y decepcionante espejismo.

Escrituras paleohispanicas (Wikipedia)
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Lo siento, pero ese texto no está en ‘euskera’

Alguien tiene que decirlo. Si ese texto hubiera estado en euskera, el euskera habría desaparecido. Habría desaparecido el euskera como desaparecieron las lenguas celtibéricas, o el ibero mismo. Nadie en territorio vascón habría sido capaz de entender ese texto en el siglo II d C. Para entonces esa lengua había desaparecido.

Irulegiko eskua 1.jpg
Mano de Irulegui (imagen Wikipedia/Argia)
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Dialectos vascos Historia del euskera

Lo que la dialectometría de Aurrekoetxea y otros (2019) omite del EHHA

[ Revisión de 6 de junio de 2020 ]

Recopilo en esta entrada una serie de tuits a propósito de Euskalkien sailkapen berria, la nueva clasificación de los dialectos vascos a cargo de Gotzon Aurrekoetxea Olabarri, Iñaki Gaminde Terraza, José Luis Ormaetxea Lasaga «Txipi», Xarles Videgain (2019). Los autores aplican una metodología dialectométrica sobre un subconjunto de datos del Atlas Lingüístico Vasco (EHHA, Euskal Herri Hizkeren Atlasa). El resultado ofrece una clasificación simplificada que reduce a tres los dialectos. Para quienes estén familiarizados con mis patrones geolingüísticos, adelanto que este trabajo magnifica el patrón #4, esto es, el efecto de la frontera franco-española (siglo XVI), preserva la huella del patrón #1, que da cuenta del origen del euskera occidental o vizcaíno (entre los siglos VIII-IX), pero omite la existencia de los patrones #2 (siglos X-XII) y #3 (siglos XIII-XV). Desde la perspectiva de la dialectología diacrónica, la omisión del patrón #2 en particular tiene la desventaja de pasar por alto las consecuencias de un periodo de especial trascendencia en la historia del euskera, como se verá más abajo.

Prefiero asimismo el término ‘area dialectal’ frente a ‘dialecto’. Con los datos de un atlas lingüístico en la mano, creo que deberíamos hablar en propiedad de áreas dialectales y no de dialectos. Área dialectal es un concepto menos comprometido que dialecto. Se puede entender como un espacio aproximado en el que hay tendencia a que concurran fenómenos diferenciados, pero esos fenómenos casi nunca abarcan la misma área. Son espacios que, lejos de ser monolíticos, engloban una diversidad de fenómenos cuya extensión rara vez coincide. Se podría derivar el concepto dialecto a partir del de área dialectal, pero con ello lo que se conseguiría es crear equívocos, como vuelve a suceder con la ‘nueva clasificación de dialectos vascos’ de Aurrekoetxea y otros. Porque puedo estar de acuerdo con ellos en que el estudio estadístico de variantes del EHHA proyecta sobre el mapa a día de hoy tres áreas dialectales principales (una occidental, otra central y otra francesa o septentrional), pero no puedo concebir la existencia de tres dialectos bien definidos, sobre todo si tengo que imaginar uno central y otro spetentrional. Para esos espacios, en realidad para todo el territorio, creo más adecuado el concepto ‘contínuo dialectal’.