Un tema central y recurrente de Trifinium es la fragua del ‘vasco común antiguo’ VCA (euskara batu zaharra, EBZ), antecesor directo de los dialectos vascos. Un lugar análogo al Burgos donde, según varios autores, surgió a mediados del siglo IX la lengua romance que tiempo después se expandirá por el continente americano.
Categoría: Antigüedad del euskera
Hace poco más de un lustro Mikel nos recomendó la lectura de Esmonde Cleary (2007) Rome in the Pyrenees: Lugdunum and the Convenae from the first century (GScholar), una obra capital para contextualizar muchas de las cuestiones que se debaten en Trifinium. En enero de 2023 amagué la idea de que el área convena habría servido de refugio, en los siglos I-III d. C., de variantes pirenaicas del continuo dialectal ibérico y de la koineización de un proto-euskera paleoeuskera-aquitano:
Este precioso objeto, en hueso de ballena, tiene unos 15.000 años y fue hallado en la cueva Espélugues, de Lourdes (< griego spelugges ‘cueva, caverna’). Por este valle pirenaico de la Gascuña oriental deambularían nuestros antepasados protovascos varios miles de años más tarde. ¿Pero quiénes eran y en qué lengua se comunicaban los creadores del caballito? Seguro que no fue euskera, ni protoeuskera, ni siquiera paleoeuskera, porque estas lenguas son muy posteriores. ¿Un antecesor lingüístico tal vez?
Vamos a indagar en estas cuestiones. Vamos a empezar por aclarar a qué nos referimos por paleoeuskera, en qué remota época se utilizó, de qué época datan los primeros testimonios lingüísticos relacionables directamente con el euskera, qué había antes, o qué lengua pudo hablarse en el Pirineo occidental hace 15 mil años.
En el corazón de la Vasconia histórica floreció en el Alto Imperio (siglos I-III) una original cultura funeraria que se extendió a ambos lados de la frontera (sic) de vascones y várdulos. Durante varias generaciones, en ese territorio se impuso la costumbre de decorar los nichos con lápidas encargadas al taller epigráfico de Alba/Gastiáin.
Las declaraciones del autor de un libro sobre el euskera en Navarra recientemente publicado nos han dejado helados. Dirige un agravio atroz a quienes planteamos una historia de la lengua divergente de la suya. ‘Atroz’ no tanto por su significado literal (españolista), como por las connotaciones y consecuencias tan brutales sufridas durante décadas por sus destinatarios en el actual solar del euskera.