Posíblemente el principal mérito del actual conde de Corres, y duque del Infantado, Íñigo de Arteaga y Martín, sea ser padre de la galardonada novelista Almudena de Arteaga, autora de la La Princesa de Éboli (1997) y una decena larga de títulos más (ver vg. la reseña de Antonio Paniagua a la última novela La estela de un recuerdo, en El Correo 10.05.2015).
El ‘Condado de Corres‘ es un título hereditario concedido por el rey borbón Carlos III –el mejor alcalde de Madrid– el 19 de enero de 1773 a Ignacio Ciro de Arteaga-Lazcano e Idiáquez (Estella 1748 – Madrid 1817), gentilhombre de cámara del rey, XI titular de la casa de Lazcano, quien «no pleiteó, por su amistad con el titular, por el ducado del Infantado, que después recaerá en su descendencia» (Juan Miguel Soler Salcedo 2008:246, Nobleza española: grandeza inmemorial, 1520). Entre los ancestros de Ignacio Ciro hallamos un Felipe de Lazcano y Sarria, señor de Corres, Contrasta y Valle de Arana, sirviente de los reyes Felipe III y Felipe IV, que sabemos murió sin descendencia.