Como una mosca cojonera, como un tábano exasperante, un troll surgido de las profundidades del colectivo gilista lleva rondándome desde hace un par de meses. Se comporta de forma predecible, escalando en el tono de sus intervenciones, tal y como advierte Wikipedia:
Los trolls son excitados por los cazadores y frustrados por los indiferentes […]. Los trolls frustrados por la estrategia de los indiferentes pueden abandonar el foro o hacerse cada vez más incendiarios hasta obtener una respuesta.