Armando Besga Marroquín (2012). ‘Sobre la barbarie de los vascones en los primeros siglos de la Edad Media y algunas cuestiones de método’.Letras de Deusto, 42-136:9-87
Los días 1 a 3 de junio de 2011 participé en el I Congreso de Estudios Históricos del Condado de Treviño, auspiciado por el Ayuntamiento del Condado de Treviño, con una excepcional sede en la parroquia de San Pedro Apóstol.
Hay que felicitar a los organizadores Roberto González de Viñaspre y Ricardo Garay por el éxito de convocatoria y la calidad de contribuciones y ponentes.
[Artículo originalmente escrito para la revista Ibernalo 28, mayo 2011]
La singularidad del topónimo Tolga de Bujanda (municipio de Campezo) ha atraído mi interés desde el día en que lo oí nombrar por primera vez. Dentro del actual municipio de Campezo perduran muchos términos cuya antigüedad se atestigua desde los primeros documentos escritos (a partir de 1256: carta pueblas, concordias, amojonamientos, etc.). Abundan sobre todo hagiónimos (Santa Eufemia, Santa Sola, Santa María, Santa Lucía, San Pedro, San Juan, San Cristóbal, San Jorgea) y entre los que no lo son, destacan algunos por su especial singularidad, como es el caso de Tolga.
El troll del ángulo oscuro
Como una mosca cojonera, como un tábano exasperante, un troll surgido de las profundidades del colectivo gilista lleva rondándome desde hace un par de meses. Se comporta de forma predecible, escalando en el tono de sus intervenciones, tal y como advierte Wikipedia:
Los trolls son excitados por los cazadores y frustrados por los indiferentes […]. Los trolls frustrados por la estrategia de los indiferentes pueden abandonar el foro o hacerse cada vez más incendiarios hasta obtener una respuesta.
Veleia afera
Voy a hacer un breve receso en la lectura del libro de Alberto Barandiaran Veleia afera para recomendar a los desafortunados seguidores del affaire veleiense incapaces de leer el original en euskera que reclamen imediatamente una traducción, porque puedo garantizarles que no se sentirán defraudados. Es de esos libros que se leen de un tirón (y temo pasar la noche en vela, porque van a dar las 25h. y todavía voy por la mitad).
Lo que me ha animado a ir a toda prisa a adquirir mi ejemplar (en una tarde harto complicada) ha sido la trifulca que Juan Martin Elexpuru le ha armado a Markos Zapiain, a cuenta de la reseña publicada en su blog hace escasamente dos días. (Por si acaso he guardado una copia del artículo de Markos, no vaya a ser que Juan Martin acabe convenciéndole de que lo retire.) Ambos figuran en las enciclopedias locales (Zapirain en Wikipedia y Elexpuru en Auñamendi) y desde luego el primero es tan poco sospechoso de deslealtad con la causa del euskera como el segundo. Tampoco lo es Alberto, aunque Juan Martin u otros militantes gilistas sientan tentaciones de infundir la duda.