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El ‘berónico’ de los vareyenses (siglos II-I a. C.)

El número 22 de la revista Palaeohispánica (‘revista sobre lenguas y culturas de la Hispania antigua’) ha venido estas Navidades de 2022 cargadito de regalos. Uno de ellos es la descripción por parte de Javier Armendáriz y Javier Velaza del gran hallazgo de la campaña de 2021, ‘Dos nuevas téseras celtibéricas de La Custodia (Viana, Navarra)’, una poliédrica y otra zoomorfa. La lectura de la primera parece clara:

El análisis de la estructura del texto no plantea problemas especiales: consta de un nombre de persona —integrado por un nombre individual memu en genitivo (tema en nasal) y un nombre familiar en genitivo del plural telkaskum— seguido del conocido término kar.

p. 149
Tésera de Memún, de los Telcascos (o de los Telgascos). Paleohispánica 22

Los autores no tienen duda de que la lengua hablada en este gran poblado berón del siglo I a. C. era el celtibérico (fácilmente reconocible, por lo que no ha sido necesario acuñar un ad hoc ‘berónico’ 😉 para referirse a la lengua de los habitantes de Vareia):

Los testimonios de escritura paleohispánica recuperados en téseras de hospitalidad, monedas y grafitos sobre cerámica de la lengua celtibérica confirman la adquisición por los vareyenses del hábito epigráfico a mediados de la segunda centuria antes de la era.

p. 157 La negrita es nuestra

Reproducimos las conclusiones del estudio (pp. 157-158) con los aspectos esenciales de estos singulares hallazgos de la campaña de intervención arqueológica de 2021. Los autores destacan en primer lugar el hecho de que

Con las nuevas piezas que aquí damos a conocer ya son nueve las téseras encontradas con seguridad en La Custodia, si bien sospechamos que en el último medio siglo otras muchas han podido salir de forma clandestina hacia colecciones particulares, lo que encumbra a este yacimiento navarro del ámbito berón como el primero de la Celtiberia en número de pactos de hospitalidad firmados sobre estas simbólicas piezas de bronce.

La negrita es nuestra

En segundo lugar se resalta la magnitud de la ciudad, que triplica por ejemplo a la vecina La Hoya (en Laguardia, Álava). De similar extensión es sin embargo la inexcavada Las Trincheras (en San Román de Campezo), de 13 ha, al otro lado de la sierra de Cantabria. Sería también algo mayor que el oppidum de Irulegui, de 10 ha, del que le separan 97 km. Ambas poblaciones comparten la desdicha de haber sido asaltadas y destruidas en el contexto de las guerras sertorianas, en fechas muy cercanas.

La Custodia es el solar de una gran ciudad de más de 14 ha de superficie que enseña una estricta planificación urbanística articulada por calles enlosadas bien dispuestas y casas agrupadas en manzanas. La arqueología concluye que fue la Vareia berona arrasada por el rebelde y proscrito Sertorio el año 76 a. C., de acuerdo con el relato del historiador Tito Livio, que supuso una rotura de continuidad, pues no hay atisbo de reconstrucción posterior. Su techo estratigráfico es un claro terminus ante quem de una ocupación urbana que aquí se conformó a mediados del siglo II a. C. y acuñó moneda propia en bronce con el rótulo uarakos.

El tercer aspecto que resaltan los autores es que «la vida indígena» y el «uso común de la lengua celtibérica» se habrían mantenido en la Vareia berona hasta el momento de la destrucción de la ciudad por las tropas de Sertorio, varias décadas después de la presencia romana en el Ebro Medio.

Los testimonios de escritura paleohispánica recuperados en téseras de hospitalidad, monedas y grafitos sobre cerámica de la lengua celtibérica confirman la adquisición por los vareyenses del hábito epigráfico a mediados de la segunda centuria antes de la era. La ausencia de registros en latín antes del año 76 a. C., más allá de algún rótulo monetal foráneo, parece demostrar que hasta entonces la conquista romana no supuso la drástica desaparición de la vida indígena y que la lengua celtibérica debió ser la de uso común.

En cuarto lugar, constatan la existencia de una amplia comunidad cultural y lingüística, así como la estrecha conexión de Vareia con otras importantes ciudades celtibéricas del Ebro Medio, en cocreto, con Contrebia Belaisca (Botorrita), Cascantum y Burzau (Borja)

La onomástica de las nuevas téseras que damos a conocer apunta a la relación de la ciudad de Vareia con gentes y ciudades celtibéricas del Ebro Medio, concretamente con los oppida de Contrebia Belaisca (Botorrita) y burzau (Borja). También con kaiskata/Cascantum (Cascante), pues en la tésera encontrada hace años cerca de esta ciudad celtibérica navarra se lee “de la ciudad de Uara”. No parece casual que de todas esas ciudades, en el caso de Botorrita con alguna discusión historiográfica, dé cuenta el historiador Tito Livio en el contexto de las Guerras Civiles (bellum Sertorianum) del año 76 a. C. (libro XCI Ab Vrb e condita), como objetivos del proscrito Sertorio, probablemente por pura estra-tegia militar y por su afinidad con el ejército senatorial dirigido por Pompeyo.

Cursiva y negrita son originales

Y en quinto y último lugar especulan sobre el origen de las téseras, con seguridad, alguna ciudad de la Celtiberia, incluida la propia ‘Beronia’

Sin duda, el claro contexto arqueológico de la nueva tésera de prótomo de carnero otorga un marchamo de autenticidad a este modelo de tésera que se había puesto en discusión. Sospechamos que las cuatro o cinco téseras de este tipo conocidas hasta la fecha —o al menos el molde del que se fabricaron— debieron de salir del taller de un broncista ubicado en alguna ciudad de la Celtiberia (en sentido amplio, incluyendo la Beronia) —sin excluir, de todos modos, que fuera el producto de un broncista ambulante—. La aparición de un ejemplar de este tipo en La Custodia/Vareia y el hecho de que otra tésera de prótomo de carnero (la de Cascante) lleve el nombre prelatino de esta ciudad (Uara) pudiera apuntar a que su fundición se pudo llevar a cabo en este yacimiento navarro de Viana a finales del siglo II o durante el primer cuarto del I a. C.

Mapa de relieve de Navarra, fuente Wikipedia

La vitalidad de esta gran urbe céltibérica, tan próxima a las poblaciones vasconas de Andelo (60 km), o las de la cuenca de Pamplona (a 90 km), sin grandes accidentes geográficos que las separen, aporta en nuestra opinión un marco espacial fluido en el que contextualizar la naturaleza multicultural del territorio vascón en el periodo de contacto con Roma.

13 respuestas a «El ‘berónico’ de los vareyenses (siglos II-I a. C.)»

Abisun, no me olvido de tu pregunta. No es tan simple como la poliédrica, pero también se lee bien desde el celtibérico. Recomiendo si te interesa leas tú mismo el trabajo, es muy claro y conciso. Puedes descargarte el PDF de la página Palaeohispánica, o copiar y trabajar sobre mis propios apuntes, como les pido desde hace un tiempo a mis alumnos de Deusto.

Y tanto que la revista Paleohispánica ha venido cargadita de regalos. Felicidades por el trabajo presentado, que es impecable, y trae a colación un montón de datos bien articulados, y desconocidos para los legos como yo. Un placer leeros. Veo que has cambiado el contenido del blog, y ojalá se abra pronto hilo sobre toponimia, para comentar el trabajo y otras (muchas) dudas. Zorionak.

Muchísimas gracias, Dionisio.

Es un texto que ha supuesto un extraordinario trabajo, tanto de elaboración, como de revisión. Los evaluadores han sido muy exigentes y han propuesto múltiples matizaciones y aclaraciones. El resultado final creo que lo refleja ampliamente. Las próximas semanas lo iremos desgranando en una serie de entradas aquí, en Trifinium.

Es, como le gusta decir a Mikel, la versión 2 de Abaitua y Unzueta 2011, un artículo que tuvo una repercusión considerable y que me cambió radicalmente la vida en el ámbito académico, con alguna que otra secuela no muy agradable, aunque, debo confesar, hizo mi trabajo de investigación posterior mucho más apasionante. Mikel Unzueta fue mi aliado y refugio en los años siguientes, hasta que la enfermedad se lo llevó inesperádamente. Después he tenido la suerte de colaborar con otros dos extraordinarios investigadores, los coautores, Emiliana y Mikel. Mis conversaciones con ellos son frecuentes y deleitosas a rabiar.

Este nuevo trabajo de Javier Armendáriz y Javier Velaza me parece reviste un especial interés por los siguientes motivos:

1. Pone el énfasis en el destacado papel que el poblado de Viana, Vareia / La Custodia, protagonizaba en los primeros momentos de la presencia romana en el Ebro Medio.

2. Se trata, como La Hoya (Laguardia), de un poblado situado en la margen izquierda del río Ebro, es decir, en el lado opuesto de la mayor parte del territorio celtibérico de la época y conectado sin solución de continuidad con todo el territorio vascón, según las coordenadas dadas por los geógrafos grecorromanos. Un territorio cuyas principales cuencas fluviales del Ega, Arga y Aragón lo vertebraban, a modo de amplias vías abiertas de comunicación. Este aspecto se ve perfectamente representado en el mapa de relieve de Navarra que he incluido en la entrada.

3. El texto está innequívocamente en signario y lengua celtibérica, lo que convierte a esta lengua en un vehículo de innegable preponderancia en toda esa extensa área del Ebro Medio (que abarca desde Viana hasta Borja y Botorrita, pasando por Cascante).

4. Las poblaciones de Viana y las de la cuenca de Pamplona (Aranguren, Irulegui, etc.) tuvieron que tener un contacto fluido en todos los ámbitos, económico, cultural y seguro también familiar.

5. El efecto de la guerra civil de Roma, que confrontó brutalmente a los bandos de Sertorio y Pompeyo, tuvo unas consecuencias tan devastadoras como transformadoras para todo este gran espacio entre el Ebro y los Pirineos. Las consecuencias socioculturales y lingüísticas tuvieron que ser asimismo sustanciales.

Buenos días:

Es la primera vez que escribo aquí aunque lo leo con mucho interés desde hace tiempo porque, aunque ni soy lingüista/arqueóloga o similar, soy aficionada a casi todo y, sobre todo, a las grandes preguntas sin resolver.

Únicamente quería anotar que creo que hay un error en la ubicación del poblado de La Custodia. Por la descripción que das, Joseba, creo que querías decir en el punto «2» de un mensaje anterior que está situado en la margen izquierda (y no derecha, como está escrito) del río Ebro. Cuando se habla de los márgenes de los ríos, o al menos en el mundo hídrico, se hace mirando hacia donde desemboca la corriente de agua, así que el yacimiento de La Custodia está al norte del Ebro, es decir, en su margen izquierda. Lo digo porque resulta confuso ese párrafo.

No conocía yo el reciente artículo de Armendáriz y Velaza, pero sí otro de Armendáriz sobre La Custodia (Navarra) en el que se mostraban unas fíbulas de caballito muy parecidas a unos pendientes que compré hace unos años, reproducciones del afamado caballito celtibérico de Numancia (Soria), aunque los adquirí porque eran muy parecidos a la fíbula de caballito del Poblado de la Hoya (Rioja Alavesa), al que me une un afecto especial. Todos de la edad del hierro, si no estoy equivocada. Lo cierto es que hace no mucho, y tras leer sobre el tema de íberos, celtíberos, etc., me encontré nuevamente «mi fíbula-caballito» en Lancia (León). ¿Mismo origen? ¿Pactos y «mercadillos» entre diferentes? ¿En qué lengua? Es necesario que los arqueólogos investiguen más a fondo esta zona del Ebro antes de que desaparezcan las evidencias por detectores no autorizados.

Gracias, Rut. Voy a corregir ahora mismo lo de la margen. Creo que lo copié del artículo, aunque a lo mejor lo entendí mal:

La Custodia es un extenso yacimiento del final de la Edad del Hierro, de algo más de 15 hectáreas de superficie, emplazado en un modesto relieve que ocupa la horquilla fluvial de los ríos Perizuelas y Longar, situado en la margen izquierda del río Ebro a tan solo 3 km de su corriente. Espacialmente se estructuró en varios recintos o barrios yuxtapuestos que se acomodan a la topografía natural del terreno de forma escalonada (Armendáriz 1997).

Así es, lo interpreté mal, creo que porque al consultarlo encontré este otro párrafo, que ubica Varea, a las afueras de Logroño, en la otra orilla, con la que algunos historiadores (y se ve que yo mismo al extraer el comentario) han/hemos confundido Vareia:

El nombre prelatino de esta ciudad debió de ser Uara, a tenor del rótulo uarakos que se lee en el reverso de la moneda que acuñó esta ciudad desde mediados del siglo II a. C. En la actualidad el topónimo de esta ciudad se conserva con el nombre de “Varea”, que es el barrio logroñés donde sabemos con seguridad que estuvo esta ciudad al menos desde el Principado y en época imperial, no así antes; se localiza en la margen derecha del Ebro —con puerto fluvial— junto a la desembocadura del Iregua, al lado de la vía romana De Italia in Hispania que articuló este valle.
p. 141

Sobre las fíbulas de caballito

muy parecidas a unos pendientes que compré hace unos años, reproducciones del afamado caballito celtibérico de Numancia (Soria), aunque los adquirí porque eran muy parecidos a la fíbula de caballito del Poblado de la Hoya (Rioja Alavesa), al que me une un afecto especial. Todos de la edad del hierro, si no estoy equivocada. Lo cierto es que hace no mucho, y tras leer sobre el tema de íberos, celtíberos, etc., me encontré nuevamente «mi fíbula-caballito» en Lancia (León). ¿Mismo origen? ¿Pactos y «mercadillos» entre diferentes? ¿En qué lengua?

La zona de Lancia (León) es parte del área indoeuropea de la península y muy posiblemente la lengua de sus creadores fuera hispano-celta. Las relaciones culturales e intercambios comerciales fueron constantes entre las cuencas del Duero y del Ebro.

Los propios autores (Armendáriz y Velaza) lamentan el expolio que ha sufrido el poblado. Por eso tienes toda la razón cuando dices:

Es necesario que los arqueólogos investiguen más a fondo esta zona del Ebro antes de que desaparezcan las evidencias por detectores no autorizado

Así es. En el barrio actual de Logroño denominado Varea se localizan los restos de la ciudad romana, que se cree q se inició tras la caída de la ciudad celtíbera de Uara, cuyos restos están inmediatamente al suroeste de Viana. Entre ambos yacimientos hay unos 5 km en línea recta, pero la celtíbera está en la margen izquierda y la romana en la derecha del Ebro. Hasta este puerto fluvial se podía navegar el río en tiempos romanos, al parecer.

Voy a añadir unos párrafos de Armendáriz y Velaza (2022) sobre La Custodia que me parecen reseñables.

Destacan los autores que es uno de los yacimientos del valle medio del Ebro que «más testimonios de escritura paleohispánica y lengua celtibérica han aportado»:

La Custodia es uno de los yacimientos arqueológicos del valle medio del Ebro que más testimonios de escritura paleohispánica y lengua celtibérica han aportado desde su descubrimiento ahora hace medio siglo en la localidad navarra de Viana, junto a la ciudad de Logroño.

La describen como «la mayor de las ciudades en el tramo del río Ebro comprendido entre las de Tricio y Calahorra»:

El germen de esta población se podría establecer al final de la Edad del Bronce o a comienzos de la del Hierro y debió de ocupar el primer recinto fortificado de planta triangular, que extiende su vértice hacia la unión de ríos por el sur; fue al final de la Protohistoria, en el contexto de la primera ocupación romana del valle del Ebro, cuando este pequeño poblado se transformó en un gran enclave urbano, sin duda la mayor de las ciudades en el tramo de este río comprendido entre las de Tricio y Calahorra

Tito Livio la menciona en sus crónicas sobre el desarrollo de las Guerras Sertorianas

Durante años se ha producido un extenso debate historiográfico sobre dónde se ubicó la ciudad berona citada por Livio en latín como Vareia n2 y por Estrabón en griego como Ouaria/Varia (en su célebre obra Geographiká en la que hace una descripción paleoetnográfica de Hispania).

n2 Tito Livio Periocas, XCI. En el fragmento conservado de este libro sobre la historia de Roma en el que narra las llamadas Guerras Sertorianas, este autor escribe con gran precisión la partida de Sertorio, autoproclamado Procónsul, desde el campamento que estableció junto al oppidum “Castra Aelia”, la destrucción de las ciudades celtíberas de Bursao (Borja), Cascantum (Cascante), Graccurris (Alfaro) —seguramente afines al bando pompeyano— y su posterior acampada junto a la ciudad aliada o amiga de Calagurris Nassica (Calahorra), todavía en territorio de alguna etnia celtibérica. Desde esta última Sertorio planificó el ataque a la ciudad berona de Vareia a través del territorio vascón después de pasar un río (que necesariamente tuvo que ser el Ebro). Desde el punto de vista histórico este relato tiene gran trascendencia histórica, pues es la referencia más antigua a los etnónimos Vascones y Berones, el año 76 a. C.

Armendáriz se percató de que hubo un abandono de Monte Cantabria (antiguo castro al norte del actual Logroño) que coincide con el traslado de la población a La Custodia hasta la destrucción de Sertorio en el año 76 a. C.

En su día, uno de nosotros llegó a la conclusión de que, efectivamente, Monte Cantabria constituyó un importante oppidum prerromano en altura cuyo desarrollo en el tiempo se frustró en la primera mitad del siglo II a. C. a raíz de victoria romana en la primera guerra celtibérica (Armendáriz 2008). Tras la fundación de Graccurris por Tiberio Sempronio Graco, las condiciones impuestas por Roma a la población indígena conllevaron cambios en el modelo de asentamiento de algunas ciudades. En este contexto, desde mediados de la segunda centuria a. C. debemos situar el emplazamiento de esta ciudad en La Custodia, que es la población de Vareia que, de acuerdo con el relato de Livio, debió destruir Sertorio el año 76 a. C.

Hola Joseba,

Desde la ignorancia, ¿Por qué el río que necesariamente hubo de cruzar el ejército sertoriano sería el Ebro? Entiendo que está documentado que su asentamiento junto a Calahorra fue en la misma orilla y no por ejemplo en el término del actual San Adrián?
Simplemente como mera hipótesis ya que un asentamiento al otro lado haría plantearse al menos que el río cruzado pudo haber sido el Ega

Saludos

No lo sé, Javier. No parece que cruzar el Ega, o por cercanía y trazado tal vez no habría que descartar el Cidacos, tengan una dificultad remotamente comparable a la del Ebro.

Buen momento para recordar la conferencia del gran Jüngen Untermann (1995) ‘Testimonios de la lengua prerromana en territorio riojano’ <HTML>

Utterman alertaba de la necesaria precaución al valorar las téseras de La Custiodia porque son, como la Mano de Irulegui, objetos móviles:

Por ser objetos móviles, las téseras de La Custodia de Viana, no prueban por sí solas, de manera irrefutable la presencia de hablantes de su lengua en el lugar de su hallazgo. Sin embargo, el hecho de que allí haya aparecido el conjunto de monedas de uaŕakoś habla fuertemente en favor de que la ciudad prerromana de La Custodia también pertenecía al dominio de la lengua celtibérica.

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