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La bibliografía Vasconización tardía

Los argumentos de la «vasconización tardía»

Larry Trask
Larry Trask

Dedico esta entrada a Larry Trask, gran lingüista y examinador externo de mi tesis doctoral (año 1988).

[El texto de esta entrada ha sido reeditado el 09/05/2013]

Larry Trask es uno de los vascólogos que de forma más clara y rotunda se ha manifestado a favor de la hipótesis:

Most specialists are satisfied that the Basque language was introduced into much of the Basque Country in post-Roman times, most likely during the Visigothic period.

[…] Even today, there is a debate about the likely frontiers of Aquitanian south of the Pyrenees. Some scholars would like to see the city of Calagurris in the Ebro valley, described by Roman sources as lying within the territory of the Vascones, as Basque-speaking, and some would place Basque-speakers in much of modern Aragon. Here I note that the evidence for such views is sparse in the extreme, and most specialists, I think, would be reluctant to posit Basque speech so far south and east.

[…] South of the Pyrenees, the language not only survived but apparently spread into the entire territory of the modern Basque Country, and, some time after the fourth century, probably earlier rather than later, Basque-speakers expanded into the Rioja and Burgos to the southwest.

History of Basque (1997, pp.38-39)

Pese a haber manejado la bibliografía de Trask en el pasado, hasta no observar la toponimia de la zona de Campezo y leer algunas memorias de excavación de restos romanos en el valle de Ayala (Cepeda 1990-99), no empecé a cavilar seriamente sobre esta cita. La hipótesis de la que hablamos despejaba de forma esclarecedora la paradoja que hasta ese momento me planteaba la toponimia de Campezo y otras cuestiones de la historia de la lengua vasca. Al poco tiempo, en 2002, sugerí siete argumentos que me parecía daban una gran coherencia a todo el embrollo, y tal cual los publiqué primero en mi [primer] blog y un tiempo después en Wikipedia (el 20 dediciembre de 2005). Era la primera versión del artículo dedicado a la «vasconización tardía», que luego fue objeto de un acalorado debate y cuya versión actual no tiene nada que ver con aquella. Antes de que ese debate se levantara, un anónimo colaborador añadió (el 11 de agosto de 2006) un octavo argumento, que se mantiene en la versión inglesa y que tiene que ver con la genética, a la que también aludía Trask:

The genetic boundary between the Basques and their southern neighbors is quite abrupt, while it has a more diffuse character between Basques and their northern neighbors, which might indicate a displacement from Aquitaine to the south (cf. Luigi Luca Cavalli-Sforza).

He dado muchas vueltas a estos argumentos. En un momento desdoblé el sexto e introduje uno más, por lo que durante un tiempo estuve trabajando sobre diez  hechos principales en los que basar la hipótesis:

  1. Profunda indoeuropeización anterior a la romanización
  2. Ausencia de vestigios vascos anteriores a la romanización
  3. Profunda romanización  (tanto del ager como del saltus)
  4. Expansión del euskara en la Alta Edad Media
  5. Unidad de los dialectos vascos en la Alta Edad Media
  6. Marcadas isoglosas entre dialectos vascos (y arcaísmo del vizcaíno)
  7. Nítida frontera lingüística entre romance y vasco
  8. Hallazgo de necrópolis francoaquitanas del siglo VI
  9. Frontera genética abrupta de los vascos hacia el sur, pero difusa hacia el norte
  10. Fuentes altomedievales

Pero en noviembre de 2010, en la comunicación (ver diapositiva en Scribd) que presentamos Mikel Unzueta  y yo en las III Jornadas de Lingüística Vasco-Románica, con el fin de centrar mejor el debate, redujimos los argumentos a cuatro:

  1. La reducida presencia de vasquismos en época prerromana y romana en el País Vasco y Navarra (hasta el siglo V).
  2. La unidad de la lengua y origen de los dialectos en época tardoantigua (siglos V-VII).
  3. La expansión altomedieval y propagación de la fragmentación dialectal (siglos VI-XI).
  4. La distribución geográfica vascorrománica de la toponimia bajomedieval y moderna (siglos X-XX).

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Esta simplificación no comporta en realidad un cambio de enfoque: El primero recoge los tres primeros antiguos; el segundo es el quinto de antes; el tercero agrupa los anteriores cuarto y sexto; y el cuarto es el que era el séptimo. En la publicación posterior (de 2011) se mencionan obviamente las necrópolis francoaquitanas del siglo VI, que son coherentes con el proceso de expansión del euskera en época tardoantigua y altomedieval, y que además aportan información esencial sobre la situación del territorio en esa época. Pero no constituyen en sí mismas un argumento nuclear de la hipótesis; como tampoco los  estudios genéticos ofrecen datos concluyentes –sino más bien todo lo contrario– en relación con la lengua (cuestión que abordaremos de manera monográfica en el futuro).

Referencias