Vasconia en la antigüedad tardía (406-711). Lengua, cultura y sociedad es el curso que la Fundación Cursos de Verano de la UPV/EHU ha organizado para los días 16 y 17 de junio de 2022.
Categoría: Siglo VIII
Hay controversia sobre el origen de los dialectos vascos y en concreto sobre la datación de la fractura occidental del vasco común antiguo (VCA). Nosotros seguimos al dialectólogo eibarrés Koldo Zuazo en sostener que la occidental es la que se produce en primer lugar (ver más abajo los mapas de la ‘ciruela silvestre’, okaran vs aran, y de la ‘cebolla’ kipula vs tipula). Además conocemos muy bien las causas y el alcance espacial que tuvo.
En el mapa de la ‘ciruela silvestre’ lo significativo no son las alternancias fonéticas (r/d/rh/h), que han fluctuado a lo largo del tiempo, sino el binomio léxico (okaran / aran) que es muy antiguo porque se detecta tempranamente en la toponimia, como veremos más adelante.
Patrón #EHHA1, dos cronologías de alternancias fonéticas en mismas áreas dialectales:
— Joseba Abaitua (@kavango) February 5, 2018
– aran, adan, ahan
– edur, elur, elhur pic.twitter.com/3bjaXzNQQh
Con motivo de la fiesta de San Antón que celebramos hace apenas unos días, voy a transcribir a Trifinium unos apuntes que tomé para un artículo que se publicó en 2016 en MendialdeaPress: ‘Los primeros cristianos se refugian en las cuevas’. Una de las cosas que más me impresionaron de estos cenobios son sus grafitos. En particular el de las Gobas de Laño que reproduce la advocación a San Atanasio, obispo de Alejandría (ca 357), autor de la primera biografía de San Antón Abad. Posteriormente, en 2018, Agustín Azkarate publicó unas «reflexiones sobre arqueología, lingüística e iglesias rupestres» que añaden importantes matices a lo que sabemos sobre estos yacimientos altomedievales (ver extractos). Reproducimos a continuación nuestras anotaciones de 2016.
En la Montaña Alavesa y Treviño se conserva un conjunto de cuevas utilizadas por comunidades de ermitaños de época visigótica de un extraordinario valor patrimonial e histórico. El grupo más destacado se encuentra en Laño (las Gobas, Santorkaria), pero son asimismo valiosas las de Faido (Santa María de la Peña), Marquinez (Larra, Peña Askana), por citar las más importantes. Tal vez su principal tesoro sea una serie de inscripciones y grafitos cuyo estado de conservación es muy deficiente, pero que podemos leer y disfrutar gracias a las reproducciones realizadas por los arqueólogos (Alberto Monreal o Agustín Azkarate), antes de que hayan desaparecido para siempre sin dejar huella. Estas extraordinarias inscripciones nos permiten conocer la filiación ideológica y social de los personajes que ocuparon las cuevas entre los siglos V-IX.
Oña ofrece el marco perfecto para reflexionar acerca de una cuestión de historia lingüística de extraordinaria relevancia. Este enclave forma parte de un área de contacto secular de lenguas en la intersección de las actuales provincias de Álava, Burgos, Cantabria y Vizcaya. Se trata de un territorio que fue escenario en los siglos VIII-XI de la formación del castellano –en su evolución local a partir de un latín vernáculo– y simultáneamente del surgimiento y etapas iniciales de los dialectos vascos. Para muchos estudiosos, el contacto vascorromántico explica algunas de las principales singularidades tanto del castellano, dentro de lo que se ha venido en llamar ‘continuo dialectal norteño’, como de los dialectos vascos, más particularmente de la variante occidental de euskera, también conocida como euskera vizcaíno.
Fernández Ordoñez (2011) ha demostrado la utilidad del cotejo sistemático de los datos disponibles en los atlas lingüísticos, en particular del Atlas lingüístico de la península ibérica (ALPI), para esclarecer aspectos clave de la diacronía del español. En este trabajo analizamos patrones geolingüísticos detectables en el Atlas de hablas locales del euskera (EHHA) que exhiben una serie de innovaciones cuyo centro parece sitaurse en la comarca guipuzcoana de Tolosa (Beterri), como ha sugerido Zuazo (2014).