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Dialectos vascos Historia del euskera

Lo que la dialectometría de Aurrekoetxea y otros (2019) omite del EHHA

[ Revisión de 6 de junio de 2020 ]

Recopilo en esta entrada una serie de tuits a propósito de Euskalkien sailkapen berria, la nueva clasificación de los dialectos vascos a cargo de Gotzon Aurrekoetxea Olabarri, Iñaki Gaminde Terraza, José Luis Ormaetxea Lasaga «Txipi», Xarles Videgain (2019). Los autores aplican una metodología dialectométrica sobre un subconjunto de datos del Atlas Lingüístico Vasco (EHHA, Euskal Herri Hizkeren Atlasa). El resultado ofrece una clasificación simplificada que reduce a tres los dialectos. Para quienes estén familiarizados con mis patrones geolingüísticos, adelanto que este trabajo magnifica el patrón #4, esto es, el efecto de la frontera franco-española (siglo XVI), preserva la huella del patrón #1, que da cuenta del origen del euskera occidental o vizcaíno (entre los siglos VIII-IX), pero omite la existencia de los patrones #2 (siglos X-XII) y #3 (siglos XIII-XV). Desde la perspectiva de la dialectología diacrónica, la omisión del patrón #2 en particular tiene la desventaja de pasar por alto las consecuencias de un periodo de especial trascendencia en la historia del euskera, como se verá más abajo.

Prefiero asimismo el término ‘area dialectal’ frente a ‘dialecto’. Con los datos de un atlas lingüístico en la mano, creo que deberíamos hablar en propiedad de áreas dialectales y no de dialectos. Área dialectal es un concepto menos comprometido que dialecto. Se puede entender como un espacio aproximado en el que hay tendencia a que concurran fenómenos diferenciados, pero esos fenómenos casi nunca abarcan la misma área. Son espacios que, lejos de ser monolíticos, engloban una diversidad de fenómenos cuya extensión rara vez coincide. Se podría derivar el concepto dialecto a partir del de área dialectal, pero con ello lo que se conseguiría es crear equívocos, como vuelve a suceder con la ‘nueva clasificación de dialectos vascos’ de Aurrekoetxea y otros. Porque puedo estar de acuerdo con ellos en que el estudio estadístico de variantes del EHHA proyecta sobre el mapa a día de hoy tres áreas dialectales principales (una occidental, otra central y otra francesa o septentrional), pero no puedo concebir la existencia de tres dialectos bien definidos, sobre todo si tengo que imaginar uno central y otro spetentrional. Para esos espacios, en realidad para todo el territorio, creo más adecuado el concepto ‘contínuo dialectal’.

Vuelvo por un momento a mi primera reacción a las palabras de Gotzon Aurrekoetxea publicadas en Diario Vasco el 25 de enero de 2020, «Ez zortzi, ez bost; hiru dira euskalkiak»:

El siguiente hilo de tuits ofrece ejemplos del patrón geolíngüístico #2, con significativas aportaciones de Borja Ariztimuño que incluyen citas a Julen Manterola.

En conclusión, la nueva clasificación de Aurrekoetxea y otros (2019) es insensible a la existencia del conjunto de mapas de EHHA que conforman el patrón #2. Este patrón dibuja una división vertical del territorio por el eje longitudinal de Pamplona (cf mapas EHHA 1224 ‘demasiado’ geiegi/sobera y ergativo plural EHHA 1148 ollarrak/ollarrek). Retomo los tuits de Borja Ariztimuño que resumen este trascendental episodio de la gramática vasca:

Julen Manterola propone una especie de ergatividad escindida (hura/hark vs haiek). El mismo *-ga se gramaticalizó como plural y como ergativo (de ahí las dos funciones de -ak < *haga).


Luego está el *he(ga) para el plural (cf. hauek, horiek, haiek, zuek), que se «especializó»(? no recuerdo los detalles) para el ergativo en la declinación del euskera oriental.

La distribución de las dos soluciones para el ergativo plural (ollorrak/ollarrek) abre el debate sobre la cronología relativa (y para nosotros también absoluta) de los patrones #1 y #2. La disyuntiva sería:

  1. ¿Es la distribución del ergativo plural coetánea a la gramaticalización del artículo definido (ca siglo VIII)?
  2. ¿O posterior, producto de un proceso de nivelación (siglos X-XII)?

De decantarnos por la primera, habría que adelantar el periodo de activación del patrón #2, anteponiéndolo al patrón #1, a un momento de expansión del vasco común antiguo anterior al siglo VIII, previo a la factura occidental y previo a la propia génesis del artículo, lo que la convierte en una opción con más inconvenientes que ventajas y que habrá que sopesar con calma en una entrada futura.

Entre tanto, rescato un hilo de tuits con más ejemplos pertinentes para esta cuestión:

Mapa del hiato -a + a > -ia que responde al patrón #1

4 respuestas a «Lo que la dialectometría de Aurrekoetxea y otros (2019) omite del EHHA»

El demostrativo distal en euskera tiene dos paradigmas: uno es *ha(r) > a, exclusivo del vizcaíno y que es el origen del artículo determinado, y el otro es *haur-ha(r) > hura.

Hola de nuevo, Octavià. Es cierto que hay muchas claves ocultas en la historia de los demostrativos y artículos con implicaciones en la dialectología diacrónica. Reconozco mi ignorancia sobre este tema que es complejo, así que por el momento no puedo opinar, ni refutar o asentir acerca de los dos paradigmas que mencionas. Sabrás que se ha convertido en un campo de debate. ¿Discrepas entonces con la tesis de Julen Manterola 2015 (Towards a history of Basque morphology: articles and demonstratives)? Recientemente Eneko Zuloaga 2019 (Mendebaleko euskararen azterketa dialektologiko-diakronikorantz) propone que la disimilación en el artículo definido (-a + a > -ea) se convierte en elemento distintivo del ‘dialecto’ occidental, que habría surgido en la Llanada alavesa hacia los siglos IX-X. Ambos aceptan que la gramaticalización del determinante en artículo se inicia hacia el siglo VIII, tal y como planteó Rafael Lapesa 1960 para las lenguas romances. Voy a reabrir mi documento de apuntes sobre este tema, para actualizarlo.

Copio de nuevo el tuit de Borja Ariztimuño

Tal como se refleja en los mapas del EHHA, el paradigma hura ‘aquel’ es supletorio de *ha(r) en las formas de absolutivo singular (excepto en vizcaíno), y residualmente también en las de absolutivo plural.

Por otro lado, la tesis de Manterola tiene puntos discutibles respecto a los antiguos sufijos -haga y -eta, así como a la utilización de las etimologías de Coromines sobre la toponomia pirenaica a partir del euskera moderno, incluyendo el artículo definido -a.

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