Es un término tan útil como ambiguo. Por eso para algunos es doblemente útil. Uno dice ‘vascónico’ y que cada cual entienda lo que quiera. Por ese mismo motivo, a muchos nos resulta doblemente inadecuado (por no decir perverso, calificativo con excesiva carga negativa).
Existen al menos cuatro interpretaciones posibles para vascónico, atribuibles a cuatro destacados especialistas:
Comparto el guión, las diapositivas y el vídeo de prueba que he preparado para la charla encargada por Raíces de Europa en torno a la mano de Irulegui, el 21 de marzo de 2023 en Vitoria-Gasteiz. Los organizadores pronto colgarán el vídeo de la charla (de mucha más calidad que la prueba) en su canal de YouTube.
El número 22 de la revista Palaeohispánica (‘revista sobre lenguas y culturas de la Hispania antigua’) ha venido estas Navidades de 2022 cargadito de regalos. Uno de ellos es la descripción por parte de Javier Armendáriz y Javier Velaza del gran hallazgo de la campaña de 2021, ‘Dos nuevas téseras celtibéricas de La Custodia (Viana, Navarra)’, una poliédrica y otra zoomorfa. La lectura de la primera parece clara:
El análisis de la estructura del texto no plantea problemas especiales: consta de un nombre de persona —integrado por un nombre individual memu en genitivo (tema en nasal) y un nombre familiar en genitivo del plural telkaskum— seguido del conocido término kar.
El hallazgo de la Mano de Irulegui obliga a una relectura del trabajo de Joaquín Gorrochategui de 2020, ‘Aquitano y vascónico’. En él el autor expone sus conocimientos sobre dos lenguas que «presentan unas estrechas y exclusivas relaciones lingüísticas con la lengua vasca histórica, de modo que no hay duda en clasificarlas como lenguas o variedades pertenecientes a la misma familia» (p 723).
En esta reseña se van a ver las dificultades de caracterización del ‘vascónico’, una lengua cuyos rasgos distintivos más reconocibles son compartidos con el aquitano. Este enfoque de Gorrochategui acarrea el problema de que los textos antiguos del territorio vascón muestran estos rasgos de una manera muy contenida, mientras que abundan en ellos elementos más reconocibles desde el ibérico o el celtibérico. Como ya ha anticipado Mikel Martínez Areta en un comentario anterior, la situación multilingüe del territorio vascón previo al contacto con Roma se asemejaba mucho más a la Suiza actual, que a otros países modernos (Francia, Alemania, Hungría, etc.), cuyo nombre se asocia sin dificultad con la lengua vernácula mayoritaria (francés, alemán, etc.). En la Vasconia prerromana, «¿cuál era la lengua vascónica?, ¿la que hablaba el Umme.sahar de Lerga, el Calaetus de la Sakana, o el Ausages de Artieda? Porque los tres eran vascones…» (15.12.2022).
La Mano de Irulegui es un texto paleohispánico, escrito en signario ibérico nororiental. Posiblemente es la única certeza de índole lingüística que de momento se tiene sobre este excepcional hallazgo. Javier Velaza y Joaquín Gorrochategui resaltan el hecho de que el signario parece haber sido adaptado a la lengua de los vascones, a partir de la aparición del signo T (o.T.i.ŕ.t.a.n), ausente del corpus de inscripciones en lengua ibérica. Está además el elemento aparentemente paleovasco s.o.r.i.o.n, que encabeza el texto. Sin embargo, pese a estas singularidades, se cierne la incertidumbre, como ha advertido Iván Igartua, y el parentesco real de la lengua de Irulegui con el euskera puede quedar en un transitorio y decepcionante espejismo.