Categorías
Expansión medieval del euskara Historia del euskera Siglo X

Western Vasconia, year 1025

[Actualizado 9 de agosto de 2025]

La Reja de San Millán es un testimonio de excepcional valor para conocer la situación lingüística del occidente de Vasconia hace mil años. También ofrece indicios muy valiosos sobre la organización socioeconómica del territorio en dicho periodo. Refleja, por otra parte, el contacto entre dos lenguas que además de competir por el espacio estaban inmersas en un activo proceso de diversificación dialectal. Si hace 2.000 años el oficio de la marmolería obró el milagro de la supervivencia del euskera, creemos que mil años después fue la metalurgia la que tomó el relevo.

Reclamé hace poco en Zuk.eus que el milenario de la Reja de San Millán se merecía un gran congreso monográfico, vg. La Reja de San Millán y la historia lingüística del País Vasco. Es un deseo compartido con algunos colegas, principalmente con David Peterson o Emiliana Ramos. Pero me temo que finalmente va a haber que esperar otros mil años para que se pueda celebrar la efeméride como se merece.

Presentación de los actos conmemorativos (7 de julio de 2025). Los organizadores, de izquierda a derecha, Javier Fernández Bordegaray, Ana del Val, David Peterson, José Antonio Sainz Varela. Imagen y más información Zuk.eus

El Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Álava, en colaboración con el Archivo de Álava y la Universidad del País Vasco, ha programado un ciclo de charlas para el mes de octubre, con la participación de David Peterson, Ernesto Pastor, Fermín Miranda, Agustín Azkarate, Julen Manterola y Patxi Salaberri (ver programa completo en Zuk.eus). También en el First International Conference on the History of Basque habrá un pequeño bloque dedicado al estudio de la Reja. Por cuenta propia algunos ayuntamientos, concejos y barrios (Adurza, Añua, Arraia-Maeztu, Arratzua-Ubarrundia, Laño) han organizando charlas divulgativas para sus vecinos, impartidas entre otros por Ramón Díaz de Durana, Ismael García Gómez (entrevista 17/04/2025) o Roberto González de Viñaspre. Pero se echa de menos un gran congreso monográfico entre especialistas, por los motivos que exponemos a continuación.

[Añadido el martes 8 de julio]

El documento De ferro de Álava, nombre de la Reja dentro del cartulario de San Millán, describe un territorio que destaca por su capacidad siderúrgica. En esta línea se inscribe el trabajo de David Peterson ‘La lengua del hierro. Nexos medievales entre Álava y la Demanda’ (2018), que profundiza en la hipótesis de que «siderurgia y euskera pueden entenderse ambos dentro de un mismo paradigma migracionista que unía la Demanda y Álava en el Altomedievo».

El origen de la especialización en esta actividad económica resulta difícil de rastrear, pero desde luego no entra en contradicción con las prácticas funerarias que definen el ámbito cultural de los vascones entre los siglos V y VIII (ver Enterrar con armas en el Occidente altomedieval: las necrópolis de Vasconia). Planteamos, por ello, que los vascones occidentales (o vascongados) de los siglos V al X habrían desarrollado una pericia técnica notable en la práctica de la siderurgia, lo que les habría conferido una posición distintiva respecto a las comunidades circundantes. Tal especialización productiva debió de ser determinante en el desarrollo de su identidad colectiva, en la que los aspectos lingüísticos desempeñaron nuevamente un papel destacado.

En la Reja se detecta un euskera dialectalizado, con rasgos propios que había incorporado préstamos latinos en evolución romance que lo diferencian de las variedades orientales. Sobre estas cuestiones hablé en la entrevista publicada en Zuk.eus  y ahondaré en una comunicación para el  First International Conference on the History of Basque.

[Añadido 4 de agosto de 2025]

La Reja de San Millán delimita una distribución lingüística muy nítida del occidente de Vasconia. Así, destaca sobre todo el alfoz de Ossingani [?Osiñán], plenamente romance, frente a la mayoría de distritos que como Harhazua [Arrazua], se manifiestan de habla vasca. El contraste es sorprendente, por un lado, una mayoría de topónimos plenamente romances, Poves, Basconguelas, Cassicedo, Castellu, Padul, Biloria, Lagus, Antepardo, Moliniella, Moscatuero, Torreziella, Ripa, Torrisu, Carasta; por otro nombres transparentes en un euskera ya dialectal, Hurivarri, Sansoheta, Arroiaha, Mendivil, Elhorriaga, Sarricohuri, Borinivar, Huribarri, Habersturi, Huriarte, Hascarzaha. La cuestión es cómo interpretar esta distribución tan marcada. Hay un dato clave que apenas ha recibido atención en la bibliografía: entre algunos nombres de la zona vascófona se vislumbra un substrato latino que es revelador y resulta esencial para entender la história lingüística del territorio. La conclusión desde el punto de vista de la estratigrafía de las lenguas es que sobre una base latina común a partir de un momento surgen dos áreas, una de evolución romance y otra en la que el sustrato latino se congela total o parcialmente ante la llegada de una nueva lengua, el euskera. Este fenómeno se produce a partir del siglo VI. Sobre ello tratará mi intervención en  First International Conference on the History of Basque.

Adelanto algunos ejemplos:

  • Ermua: empiezo por un caso paradigmático, por reflejar un apelativo latino en plena evolución romance (síncopa de -e- interior, de donde surgirá luego yermo, «a causa del acento heredado del modelo latino», Michelena 1984:287). Esta forma romance se distingue del préstamo vasco general más conservador, con mantimiento de e interior, eremu (OEH; ver también TopeEusNa). Excepcional el compuesto Ermusautu de Zuya.
  • Zalduondo representaría el fenómeno contrario, al incorporar el préstamo zaldu frente al apelativo en plena evolución romance sautu (que da lugar a soto), y que está presente en varios topónimos occidentales, Ermusautu, Onsoñosautu, Sautuaburu, Sautuola, etc.
  • Angelu: diminutivo del latín angulus, angellus «hondonada». Se constata en algunos nombres compuestos: Angelubidea, Angeliturria, Aparrengelu, Aramangelu, Ibarrangelu, Urangelu, etc. Posiblemente también sea el origen de Agellu, actual Aguillo (cf Nieves Sánchez).
  • Borinivar: El término romance molin entra como préstamo, borin, únicamente en el euskera de Vasconia occidental, en uso complementario con errota. Los primeros testimonios mantienen la –r– intervocálica propia de los préstamos más antiguos. Luego deriva en –l-, borin > bolin y borun > bolun. Ambos caerán en desuso (¿a partir del siglo XVI?) y no forman parte del léxico común.
  • Gersalzaha, Kessala: ambos en el alfoz de Harrahia, con el significado de ‘salinas’. Son nombres de lugar descriptivos a partir de probables préstamos lat. aquae sal (FHV 560) que habrían entrado en el léxico común de la lengua, cf. gezal, kresal (OEH).
  • Moio: Del romance boyo ‘boyal’, latín bovem. Sólo en topónimos menores: Boioaldea, Boiaieta, Boiaran, Moiokolarrinbea, Moiokoperraia, tampoco ha pasado al léxico común.
  • Opacu: Del latín opācus ‘sombrío’, opuesto a ‘solano’. Apelativo latino que en romance sonorizó por partida doble en Ubago (nombre antiguo de Miravalles, en Vizcaya, y de un concejo de la Merindad de Estella). No llegó a entrar en el léxico común, ni en euskera ni en romance.
  • Oto: de lat. altus. Mucha tela que cortar con este topónimo, teniendo en cuenta la proximidad de Billodas, Altube, Altuna, Ganalto, etc.
  • Padura: De lat. padule, metátesis de palude ‘charca’. Es muy frecuente en la toponimia del occidente de Vasconia, con evolución a madura (a partir del siglo XII-XIII, que sugiere una pérdida de su valor referencial), en el oriente de la Llanada y Montaña alavesa, y a fadura en el norte de Vizcaya. Típica evolución vasca de -l- a –r-. En la Reja, en zona romance, hay Padul, abundante en toponimia menor con caída de –d– intervocálica, paúl.
  • Paidu: Actual Faido, del romance faedo ‘hayedo’ (variante ahedo), latín fagetum. Seguramente relacionado con Fayoeta (1257), actual Payueta (EODA), para el que, sin una justificación clara, se ha adoptado Pagoeta como forma normalizada en euskera. En la Reja se documenta también la forma vasca Bagoeta, alfoz de Ubarrundia, a partir, esta vez sí, del préstamo vasco bago (lat. fagum) + sufijo abundancial -eta.

Otros: Burgelu (con sufijo diminutivo latino), Cimentu (con fricativa inicial), Kircu ‘cerco’, Lucu ‘bosque sagrado’ (importante resaltar el mantenimiento de la oclusiva inicial e intervocálica, que todavía no ha palatalizado antes de i, o sonorizado entre vocales, fenómenos que se producen a partir del siglo VI). Langu [ˈla.ɲo] muy probablemente procede de planu con el significado de ‘allanado, llano, roturo’. Pudio, Urca (lat furca

En definitiva, los datos de la Reja de San Millán son congruentes con una llegada del euskera a Álava en el siglo VI (como proponemos Emiliana, Mikel y yo). En su llegada, la lengua se superpone a una capa latina que estaba en plena evolución hacia un romance local. Eso explica casos como el de un erĕmus evolucionado ya a ermu en la Llanada, e interrumpiendo el paso hacia yermo. Más al oeste, en el valle de Ayala, en las cercanías de Llodio (Santa María del Yermo), donde el euskera posiblemente llegó al menos un siglo más tarde, el proceso de yotización en cambio sí se cumplió. Además, buena parte del occidente de Vasconia es zona de contacto donde con seguridad convivieron las dos lenguas desde los primeros momentos.

28 respuestas a «Western Vasconia, year 1025»

Buenas tardes señor Abaitua, felicitándole de nuevo por su extraordinario trabajo asi como al resto de los iintervinientes. En referencia a la historia lingüistica del País Vasco de la cual me he empapado algo pero sin tener obviamente los conocimientos de los intevinientes me acordé de ustedes al observar ciertas palabras sardas del idioma nurago que muy sugestivamente me recordaron al aquitano, protovasco, eusquera o como prefiera llamarse. Me llamó la atencion Urtzula,Tzirima,Lotzorai

Gracias, Neville. De las relaciones entre el euskera y el nurago (paleosardo o sardo antiguo) se ha elucubrado mucho. En junio de 2018 dediqué en Trifinium una entrada a Eduardo Blasco Ferrer (1956-2017), autor de Storia linguistica della Sardegna. Reproduje la siguiente cita de un artículo suyo de 2013:

«el azar no puede explicar de ninguna manera la equivalencia perfecta entre los morfemas reconstruídos o documentados del (proto)euskara y los morfemas documentados en numerosísimas unidades toponímicas libres, derivadas y compuestas del paleosardo» (Blasco Ferrer 2013:50).

Blasco Ferrer, Eduardo (2013). Paleosardo: un nuevo Stammbaum. Palaeohispanica. Revista sobre lenguas y culturas de la Hispania Antigua, (13), 49-63.

Me parece oportuno destacar el matiz terminológico que distingue mediante prefijos las dos variedades lingüísticas, paleosardo y protovasco.

En el debate participaron de manera destacada Ander Ros y Octavià Alexandre.

Muchas gracias por recordarlo, señor Abaitua.
¿Cuántos topónimos de raíz euskérica se han conservado únicamente porque fueron registrados en los legajos del monasterio de San Millán de la Cogolla?
Resulta paradójico que, en la actual Euskal Herria —una sociedad con una actitud abiertamente anticristiana—, una parte significativa de su memoria lingüística más antigua haya sobrevivido gracias al gran esfuerzo de una institución religiosa.
Hoy, en una sociedad vasca que rechaza la Iglesia, no solo se ha roto con una institución, sino con todo lo que oliera a tradición, herencia o continuidad. Curiosamente —aunque seguro que es pura coincidencia—, esa liberación ha venido acompañada del vaciamiento de los templos, de las plazas y, poco a poco, también de las casas. Pero tranquilos: todo va según lo previsto. Al fin y al cabo, ¿quién necesita raíces cuando se tiene progreso?

Sabias palabras Arandio. La versión new-wave que gusta a los desgarramantas es que el cristianismo (como elemento exógeno) terminó con Mari y la primitiva religión solar de los vascos. Nada mas alejado de la realidad. El mayor vector de cristianización (contra las practicas religiosas romanas e indigenas) y de euskerización fue precisamente el cristianismo. ¿No eran acaso euskaldunes los que cambian el nombre a los días de la semana en el dialecto occidental, haciéndolos «mas cristianos»?.
No se puede entender el euskera sin el apoyo de la iglesia durante 1800 años (no en todos los siglos apostilla Koldo Zuazo). ¿Quienes son pioneros en escribir euskera?, pues los curas y monjes, no hay duda. ¿Quién era el padre Larramendi (s. XVIII)?. ¿Quién era el elantxobetarra Imanol de Berriatua (1914), firme defensor del euskera batua?, ¿quien era Axular (s. XVII)?. Y así miles y miles de personas. La deuda del euskera con la iglesia es enorme. Incluso jugaron papeles de unificación de la lengua sin saberlo (me vienen a la cabeza esos sacerdotes del beterri gipuzkoano a los que su diócesis les destinaba al Debagoiena, y a donde llevaban sus giros y expresiones plasmados en sermones, o incluso el también cura Leizarraga). Mucha ignorancia sobre todas estas cuestiones. Parece mas productivo hoy en día decir que la religión fue destructora de la cultura vasca, con curas españolistas e inquisidores siempre dispuestos a atacar a «ese lenguaje de perros». Una pena de ignorancia, y un error que pagaremos como sociedad.

Estos dias me he encontrado unas cartas escritas por mi abuela de Zerain a su esposo en Azpeitia hace un siglo. Está en su casa natal de Zerain cuidando de sus mayores y desde allá escribe a su esposo en Azpeitia. Su familia de Zerain son humildes pastores en Urbia, relacionados tambien por apellidos y tal con la llanada. Lo primero que me llama la atencion es que habiendo nacido a finales del XIX en Zerain escribe bastante bien en castellano. En la carta no hay ninguna palabra en euskera. Ninguna. Sobra decir que esa familia de Zerain es absolutamente vascofona. Y su esposo azpeitiarra practicamente monolingue. Probablemente en casa de Azpeitia alguien ha de leer y traducir la carta al vasco. Sus nombres Maria y Cruz. Si no llega a ser por los apellidos , que no aparecen en la carta, seria atribuido a castellanizados del todo. No sé si sirve la anecdota pero es complicado con lo poco escrito de hace 2000 años que ha llegado sacar tesis robustas. Razonables sí … pero conscientes que habrá elementos que pueden escaparse a los marcos hipotéticos y razonables. hace un siglo y hace 2000 años

A mí hay algo que no deja de sorprenderme en relación al vascuence a la orilla izquierda del Bayas; que en Valpuesta o en el propio Becerro Galicano se hable de gentes de esa zona que llevaban nombres como Obeco, Andere, Vela, etc, etc, etc. ¿Cómo es posible que una zona que supuestamente nunca conoció el vascuence, se hallaran gentes de esos nombres? Lo pregunto desde la absoluta curiosidad, es fascinante.

Un abrazo, adoro este blog.

Obeco (las atestiguaciones de Valpuesta son sin hache debe de ser hobe- + -ko “meliellus, mejorcito”) es un nombre formado en Álava por los vascones alaveses en los siglos VI o VII (y digo vascones porque lo que las fuentes visigodas llaman “vascones” ya son plenamente euskaldunes).

Andere no hay ninguna en el cartulario, aunque sí una domna Ander (Andere con apócope), colona en San Jorge de San Millán, en el Becerro Galicano. Lo que sí hay en Valdegobía es la sierra de Anderejo, con sufijación poco clara pero que parece tener Andere- como base.

El problema de Vela -los conde Vela aleveses- es complejo, y además se solapa con otros vocablos inequívocamente euskéricos. Hay varias posibilidades abiertas. Sin entrar en honduras, creo que, itxurak itxura, lo más viable es que Bela/Vela, variante de Beila/Veila y Vigila, no es un nombre euskérico, sino visigodo (aunque se le puede añadir el sufijo euskérico -ko). Vigila pudo entrar en Álava por trasiego antroponímico, o bien porque hubo líderes desterrados de facciones visigodas que se refugiaron en Álava.

Te dejas la joya de la corona, tanto en el cartulario de Valpuesta como en la Bizkaia altomedieval: Ahoztar (con diversas variantes gráficas). Antropónimo con doble sufijación aquitana (-iz- + -tar). Hay cuatro en Valpuesta, todos ellos en la primera mitad del siglo X (hasta 956). Pero sobre todo hay un delicioso topónimo: Aostri (de Losa), sin sufijación clara (¿< *Ahozt(ar-u)ri?) pero cuya base es claramente nuestro antropónimo (dos o tres Ahoztar del cartulario están en la misma zona). Joseba Abaitua y yo lo hemos visitado (por separado), para sacar una foto al cartel, que en realidad no es del pueblo o pedanía sino que pone “Aostri de Losa, a 100 m”. El pueblo son dos casas y un pabellón con artilugios de la cosecha y un tractor, escena típicamente losano-burebana.

En general, de acuerdo con Joseba Abaitua. Son rescoldos antroponímicos de alaveses euskaldunes que por medio de “pressuras” repueblan el norte de Burgos a partir de la segunda mitad del siglo VIII, algunos de cuyos nombres sobreviven hasta el X. Posiblemente hubo bolsas de núcleos euskaldunes hasta un tiempo indeterminado, pero la región, Castilla Vetula, acabó por castellanizarse.

Perdona, Mario, pero ayer me tomé la licencia de googlear tu nombre, y terminé viendo tu podcast/tertulia literaria. Enhorabuena por tus logros y suerte con tus proyectos. Qué alegría saber que hay gente joven -mejor dicho, gente a secas- que lee cosas decentes. Dado que agosto ya es un poco “happy hour” en Trifinium, y cabe -supongo- la tertulia literaria, diré que yo leí Paz en la guerra no como adolescente, sino ya treintañero. Soy un zote para entender tramas complejas de novelas, y también para recordar el hilo esencial al cabo de un tiempo. Normalmente suele quedárseme una escena que me suscita mil recuerdos. En este caso, la de la arratiana con “ojazos de vaca” que le habla en vizcaíno a Ignacio Iturriondo (porque ella, castellano de Bilbao, no entender), le ríe juguetonamente, retoza en la hierba… Es como una versión decimonónica de Kutsidazu bidea, Ixabel. En su momento, me recordó a un anuncio que vi de pequeño, en los 80, no sé si de pan de molde o así, en el que para ensalzar la bondad de los productos naturales, dos jóvenes están en un granero, en un ambiente bucólico. A cámara lenta, ella coge un puñado de harina y le restriega con ésta la mejilla. Luego se ríe de cómo le ha puesto la cara, llevándose la mano a la boca. Él, ingenuo, en un primer momento se siente como ofendido, pero al final la broma le parece una bendición.

En un plano más académico, sabrás que Unamuno era catedrático de griego y que en Paz en la Guerra hay guiños, además de a Tolstoi (creo que el título es una transposición de “Guerra y paz”, espero no estar diciendo ningún disparate), a la Ilíada, tanto en lo macro (carlistas vs liberales, troyanos vs aqueos…), como en lo micro: los “ojos de vaca” de las mujeres arratianas no es un piropo estrambótico por el que las lectoras contemporáneas de esa comarca deban ofenderse, sino que imita con un punto de ironía la figura de la Hera Boóòpis “Hera la de los ojos bovinos”.

He encontrado el pasaje en cuestión, para corta-pegar (abajo). Qué maravilla de prosa. Diría que es el más tórrido de los pasajes intrahistóricos de Unamuno. Alguna línea las pasaría canutas para pasar la censura hoy. La treta de Ignacio Iturriondo para sortear la barrera lingüística recuerda mucho a la del caballero de Colonia Arnold von Harff, con la navarra, cuatro siglos antes…, [ne]schatuwa ne tu so gausa moissa (cualquier cosa que ello quisiera decir, que nos lo imaginamos).

Al amanecer corría de nuevo a la vieja casería del monte; al paso encontraba la de la moza de ojos bovinos, con quien había bailado el día de la boda, y aunque tal paso no era por el camino derecho, siempre iba por el. La muchacha, al verle, sonreía, suspendiendo un momento la labor. Ni ella sabía castellano, ni él vascuence, y era un juego para los dos repetir las pocas frases sueltas que cada cual conocía del idioma del otro.

– ¡Buenos días!

– ¡Egun on!

– Bilbaño loco, burla aldeano.

– Nescacha polita, ederra…

Echábase ella a reír con todo el pecho y toda el alma, mientras Ignacio se la comía con los ojos. Un día que la halló en un montón de heno, fué tal el efecto del olor de éste, que le subió una oleada de sangre a la garganta, y sintió con palpitaciones, impulsos de violencia, mientras ella le miraba sonriendo. Era su hermosura reflejo de salud, hija de los aires, las aguas y los soles; su alegría calmosa como la del campo. Había en su cara la frescura de la tierra, asentábase en el suelo como un roble, aunque ágil además como una cabra; tenía la elegancia del fresno, la solidez de la encina y la plenitud del castaño. Y sobre todo los ojos, ¡aquellos ojazos de vaca, en que se reflejaba la calma de la montaña! Era como un producto de la aldea, condensación del aliento de las montañas; estaba amasada con leche de robusta vaca y jugo de maíz soleado. En ella se resumió para Ignacio toda la labor que la vida de aldea ahondó en su alma, todas las sensaciones de aquellos días las llevó congregadas y condensadas en la imagen de la muchacha.

Vaya, Mario García-Atucha desapareció. Yo que tenía idea de organizar una mesa redonda estival o un UIK en torno a “Paz en la guerra”…

Los becerros contienen testimonios de un amplio territorio y sus protagonistas no están circunscritos a las propiedades que se les atribuyen. Por otro lado, hubo colonos de habla vasca en Valdegobía y más al poniente, pero no llegaron a imponer su lengua sobre una población mayoritariamente romance.

Aprovechando el happy hour del mes de «angosto», andábamos por Garazi visitando los pueblos de Eiheralarre (eihera – molino…¿de «egira» – girar? ¿Como “errota” – rotar?) cuando buscamos sombra en el pueblo natal del santo del siglo XIX: Michel Garikois – Saint-Michel-Pied-de-Port (Baxenafarroa).

Michel Garikois – Garikoits – Garikois…Mira por dónde, el santo era natural del caserío «Garaikoetxe».
Joiño !!!

Y me pregunté (y pregunto aquí):
–«Garikoitz» proviene del nombre de su caserío natal: «Gar(a)ikoetxe» o es mera casualidad?

Y la derivada:
–Y si -etxe > itxe diera -its(e), -itz(e) ¿no es posible que Aoiz < aho-itx(e) / Gorraitz < Gorra-itx(e) y así docenas de topónimos?
O preguntado de distinta manera:
Ese sufijo -IZ, -IS como sinónimo de "lugar de", ¿podría ser "casa de"?

–Y si -etxe > itxe diera -its(e), -itz(e) ¿no es posible que…?

Eta nire amonak gurpilak izango balitu, bizikleta bat izango litzateke.

Mikel, perdona que haya sido inoportuno con mis preguntas vulgares cuando tu nos estabas deleitando con tus fantasías eróticas en el pajar. Jarrai zurean.

El caso es que ahí esta: “garaikoETXEA > garikoITS – GarikoITZ (casa Garaiko)
–A(h)OIZ geográficamente está ubicado a la entrada a la angosto cauce por donde baja el Irati pero Alfonso Irigoien propone para Ahoiz : “propiedad de un romano de nombre AIO” 🙁
–¿OLA+IZ – CASA OLA?
Para Julio Caro Baroja el topónimo OLAIZ tiene el significado de «lugar de propiedad de Olaicus.»
Sin embargo, mirando el contexto: el valle OLAIBAR está compuesto (debajo arriba) por Olabe, Olaiz, Beraiz, Enderiz, Osabide, Osakain, Zandio…
Otras etimologías de Caro Baroja:
–Gorriz, «lugar propiedad de Gorricus».
–Mezquiriz: < de un tal Mesquiricus.
–Ariz < de un romano de nombre Araicus…

¿Fundus? ¿Villae? ¿De verdad creéis que, cuando se fundaron estas casas o aldeas, quedaba algún "romano" por allí?

En fin, el tema de los topónimos creo que está bastante "escorado" por ese miedo ancestral de "enfadar". Creo.

Volviendo a mi pregunta : ¿el sufijo -IS, -IZ podría provenir < de ETX(e) – ITS(e)?
Esperaré paciente a que alguien conteste por qué sí o por qué no.
Arratsalde on.

Antton, probatu al duzu galdera horiek egin aurretik Mitxelenaren Apellidos Vascoseko «etxe» eta «-i(t)z» sarrerak zein autore beraren Fonética Histórica Vascako «Sibilantes» kapitulua irakurtzen?

Ez bada, ez !! Ni pekatari; ez dut irakurri Mitxelenaren «Apellidos Vascos» eta ez dut uste irakurtzerik izanen dudanik ere. Herri koxkor batean bizirik, halako liburuak eskura izatea ez baida erraza izaten (enpatia pittin batez ulertuko duzunez, Mikel.)

Kontsulta xume bat egitera etorri natzaizue Kontsultara eta Vademecum-a irakurtzera bidaliko al nauzu bueltan etxera?

Mikel Belaskoren “Diccionario etimológico de los montes y ríos de Navarra” hori bai badut etxean eta Toponimiari buruzko gauza franko internetez lortzen dut…Handik atera ditut Caro Barojaren Gorricus, Mesquiricus, Araicus, Olaicus… inork inoiz ezagutu ez dituen xelebre horien izenak. Mitxelenaren usteak eta iritziak ere jasotzen ditu Belaskok berean… baina nik galdetzen dudana gauza oso zehatza baida.
-IZ atzizkia < -ITX(e) izenatik etorri ote izan zenik ba al daki norbaitek hemen? Edo baztertu behar da "atarramendu" hutsa delako?

Egunon, Antton
Kasualitatea besterik ez da «Garaikoetxea/Garikoitz» hori. Ez buelta lar emon

Eskerrik asko, Adrian, erantzuteagatik.
Zuk diozun eran, Garaikoetxea > Garikoits kasualitatea hutsa izan daiteke, seguraski hala da; gainera XVIII-XIX mendekoa dela ez dut ahantzi nahi.
Baina mendiaren beste magalean haenbeste -IZ – AURITZ, AGOITZ, ANTXORIZ, ARDAIZ, GORRITZ, GORRAITZ, ITOIZ… eta den-denak etxe multzoak, batzutan etxe bakan batzuk, baina eraikinak, bizitokiak…kontxo, ez dakit bada. Argi gehixeago nahiko nuke nonbaitetatik.

(Bestalde: uste dut herrixka askok hartzen dutela beretzat -IZ atzikia, hori ere hala da. Gainera kasu batzutan gaurko -IZ < AITZ edo ITZA zela uste dut (adibidez GORR-AITZ edo ITOITZ, niretzat ITOITZ(a) – ITURISSA Antoninok aipatzen duena, Iruñea eta Summus artean.

Volviendo al tema que nos ocupa, la Reja de San Millán, me gustaría poner la lupa en uno de los pueblos citados en esta, en concreto, Garonna en Hiraszaeza, llanada alavesa a escasos kilómetros de Alegría-Dulantzi. Hoy es el pueblo de Gauna, y cómo no, ha dado lugar a apellidos como Gaona y compuestos con Gauna.
Resulta llamativo su similitud con el hidrónimo Garona de Aquitania, o con la toponimia menor de Navarra ( La Garona-Castilnuevo) y foz de Garona ( Zaragoza ), a escasos kilómetros del primero.
Estamos ante una voz aquitana que se expande hacia el sur? Es producto de la casualidad o prueba de que en estos tres lugares habitaban personas con una lengua común?.

Es probable que fuese una errata de Garonna en vez de Gaona, por su similitud con Garoña del valle burgalés de Tobalina. No es habitual la pérdida de la «r» intervocálica tan temprano, y la «n» geminada posiblemente quisiera representar esa «ñ». De todas formas, si no hay errata, estaría bastante claro que estamos ante el mismo nombre en los casos que citas y en el del valle de Tobalina.
El significado es toda una incógnita, aunque seguro que hay por aquí quien le otorga un origen céltico. Eso podría representar un problema por las ubicaciones que has mencionado.

Responder a Cildá Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.