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Historia del euskera Siglo IX Siglo VIII Siglo X Toponimia

Contactos entre el vascuence y el romance castellano, siglos VIII-XI

Primera diapositiva de la charla ‘Contactos entre vascuence y romance castellano’, II Jornadas de Historia de Oña. Orígenes del castellano. Patrimonio lingüístico, 13 de julio de 2019.
[diapositivas]

Oña ofrece el marco perfecto para reflexionar acerca de una cuestión de historia lingüística de extraordinaria relevancia. Este enclave forma parte de un área de contacto secular de lenguas en la intersección de las actuales provincias de Álava, Burgos, Cantabria y Vizcaya. Se trata de un territorio que fue escenario en los siglos VIII-XI de la formación del castellano –en su evolución local a partir de un latín vernáculo– y simultáneamente del surgimiento y etapas iniciales de los dialectos vascos. Para muchos estudiosos, el contacto vascorromántico explica algunas de las principales singularidades tanto del castellano, dentro de lo que se ha venido en llamar ‘continuo dialectal norteño’, como de los dialectos vascos, más particularmente de la variante occidental de euskera, también conocida como euskera vizcaíno.

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Antigüedad del euskera Dialectos vascos Expansión medieval del euskara Toponimia vascorrománica Vasco común antiguo Vasconización tardía

La historia del euskera en Montaña Alavesa – Campezo

Diapositivas de la charla dada en Santa Cruz de Campezo el sábado 08.12.2018 [diapos] y de la clase del lunes 10.12.2018 [diapos], con el título ‘El origen y la distribución de los dialectos vascos’

La historia del euskera en la Montaña Alavesa – Campezo
La historia del euskera en la Montaña Alavesa – Campezo

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Toponimia

Andanzas y peripecias de un topónimo: sierra de Cantabria

Salvador Velilla Córdoba
(noviembre, 2018)

Reflexiones ante la decisión del Instituto Geográfico Nacional de denominar oficialmente ‘sierra de Toloño’ a toda la cadena montañosa

No tenía intención de intervenir, incluso tras conocer la decisión oficial de extender el nombre “sierra de Toloño” a toda la cadena, desde las Conchas de Haro hasta la Peña de Lapoblación. Pero como quien calla otorga, no voy a callar y trataré de seguir paso a paso la secuencia de hechos que han conducido a este desenlace, y procurando, aunque sea tarea difícil, ser breve. Conste que no hubiera dado un paso si las conversaciones con gentes de Rioja Alavesa y de la Montaña, los acuerdos de Ayuntamientos y Asociaciones Culturales, así como de la Cuadrilla de Laguardia-Rioja Alavesa no hubieran apoyado desde el primer momento que la sierra que está al sur de Álava se ha conocido y se conoce con los nombres de sierra de Toloño, sierra de Cantabria y sierra de Codés, siendo el más usado y popular el de sierra de Cantabria para toda ella.

En los años setenta-noventa nadie cuestionaba la denominación de la cadena montañosa situada al sur de Álava:

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Bibliografía Vascoiberismo Vascosardismo

La invención ‘sarda’ de los Pirineos

 gorosti 'acebo (Ilex aquifolium)'
Llevo tiempo con la sospecha de que el vascoiberismo vuelve a tener vigencia, si bien a veces con otras denominaciones, vascoaquitanismo, galoiberismo, o más recientemente vascosardismo. Hay que advertir que todo lo que en lingüística vasca remonta los 1000 años sin remedio se convierte en un ejercicio especulativo. Por eso voy a intentar en esta entrada limitarme a agregar fuentes secundarias y no añadir una nueva adenda al corpus de conjeturas, aunque me temo que también. Los autores que deseo citar son por, este orden, Eduardo Blasco Ferrer (in memoriam), Joseba Lakarra, Christian Rico, Aitor Carrera Joaquín Gorrochategui, Eneko Iriarte, Francisco Marcos Marín, Ander Ros y Octavià Alexandre. El hilo conductor es la nueva hipótesis del vascosardismo, que resumen estas palabras de Blasco Ferrer:

«el azar no puede explicar de ninguna manera la equivalencia perfecta entre los morfemas reconstruídos o documentados del (proto)euskara y los morfemas documentados en numerosísimas unidades toponímicas libres, derivadas y compuestas del paleosardo» (Blasco Ferrer 2013:50).

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Toponimia

Toloño vs Cantabria: 30 años de una polémica artificial y absurda

Seguramente fue un sincero y legítimo sentimiento de desatención lo que movió al entonces cura de Bernedo, José Antonio González Salazar, a sacar una nota en el órgano de la Academia de la Lengua Vasca Euskaltzaindia reivindicando para el nombre Toloño una mayor consideración. Partía el sacerdote y etnógrafo de la constatación de la preponderancia que tenía desde la cartografía antigua la denominación sierra de Cantabria frente a la de Toloño, que él creía más legítima. Habla en todo momento de impresiones y pareceres y seguramente ni de lejos sospechaba que toda la maquinaria académica se pondría en marcha hasta pretender desterrar la denominación cultista pero popular, antigua pero no primigenia (“creada tardíamente ex novo”) de la sentenciada sierra de Cantabria. Informes posteriores de la comisión de Onomástica de Euskaltzaindia dieron el rango de dictamen a aquella primera nota y se sucedieron otros que instaban a las autoridades al cambio en la denominación oficial de la sierra. Han pasado casi tres décadas de un empeño absurdo de desterrar por ilegítima, cultista, libresca, exógena y no sabemos cuántos pecados más a una denominación antigua y muy arraigada en el uso actual de alaveses y riojanos, especialmente los más cercanos a la sierra. Es llamativo que sea la Academia de la Lengua Vasca, en nombre de la tradición popular, la que abandere esta “reconquista” de un nombre que ellos mismos en sus informes reconocen “no vasco”, los mismos que acaban de rebautizar al San Mamés bilbaíno con un Santimami sacado no se sabe de dónde o que retiraron a regañadientes el fantasma Biasteri como denominación de Laguardia solo cuando se oyeron voces de juzgado. Ahora dicen que fue un error de comunicación. No haría mal la Academia si dedicara sus mejores saberes y energías a la publicación de una gramática del euskara que tanto años llevamos esperando, labor a la que específicamente se dedican, junto al diccionario, las academias de la lengua, y no a promover controversias totalmente ajenas a su quehacer. Ha pretendido sentenciar y zanjar, con la promoción y edición de un libro para el que no ha escatimado medios y con atribuciones que no le corresponden, una polémica que ellos mismos han encendido. Pero la realidad y la historia son muy tozudas y el pueblo muy amante de sus usos y costumbres.

Ander Ros y Joseba Abaitua